Tras bastante expectativa, el disco de reversiones de The Dark Side of The Moon Redux de Roger Waters, por fin se publicó completamente, dándonos un vistazo a cómo el fundador de Pink Floyd se enfrenta a su obra 50 años después.
Aunque cabe señalar que en la anticipación a este lanzamiento, el músico explicó que esto no es un reemplazo del álbum original, sino un complemento. A pesar de eso, grabar una obra tan popular y querida, no deja de ser una tarea hercúlea.
Roger Waters y The Dark Side Of The Moon 50 años después
¿De dónde salió la idea de regrabar The Dark Side of The Moon? Roger Waters explicó que "Cuando grabamos las canciones simplificadas para Lockdown Sessions, el 50 aniversario del lanzamiento de The Dark Side Of The Moon se asomaba en el horizonte. Se me ocurrió que The Dark Side Of The Moon bien podría ser un candidato adecuado para una reelaboración similar, en parte como tributo al trabajo original, pero también para volver a abordar el mensaje político y emocional de todo el álbum".
En el comunicado, después de reconocer que hacer esto es una locura, dice también que "resultó realmente genial y estoy emocionado de que todos lo escuchen. No es un sustituto del original que, evidentemente, es irremplazable. Pero es una manera para que el hombre de setenta y nueve años mire atrás, a través de los cincuenta años transcurridos, a los ojos del joven de veintinueve años y diga, para citar un poema mío sobre mi Padre: "Hicimos lo mejor que pudimos, mantuvimos su confianza, nuestro papá habría estado orgulloso de nosotros". Y también es una forma de honrar una grabación de la que Nick, Rick, Dave y yo tenemos todo el derecho a estar muy orgullosos".
¿Cómo suena The Dark Side Of The Moon Redux?
Musicalmente, este disco es diametralmente opuesto al original de Pink Floyd. Si el de 1973, es una pieza que meticulosamente rebosa de juventud en sus amplios segmentos instrumentales, en el Redux, casi no hay momentos instrumentales.
Canciones como "Speak to Me", "Great Gig In The Sky" o Any Colour You Like" anteriormente instrumentales técnicamente impresionantes, ahora tienen poesía y narraciones de Roger Waters, con su grave y gastada voz. Monólogos con letras de canciones antiguas, historias de un amigo diagnosticado con cáncer o un pacto faustiano se agregan a las letras originales del álbum.
Con un tono vocal que recuerda más a artistas como Tom Waits o Leonard Cohen, Waters se enfrenta como un anciano a su obra más gigante, y la llena de reflexiones de un hombre con cinco décadas más de vida y una seguidilla de controversias.
Instrumentalmente, Waters se hace valer de un cuarteto de cuerdas, órganos hammond, guitarras acústicas y un sonido mucho más mínimo y menos épico. Sonoramente es igual de reflexivo que sus letras, lento y un par de tonos más abajo que el original.
La mejor forma de escuchar este disco es teniendo que no es una remasterización, es simplemente al Roger Waters actual de 79 años sin Pink Floyd, y con otras prioridades musicales y personales, tocando Dark Side of The Moon. Le guste a quien le guste.
Recordemos que Roger Waters regresa a Chile para dos shows seguidos en el Estadio Monumental. Ambos conciertos parte de la gira This Is Not A Drill. Con el concierto del sábado 25 de noviembre completamente agotado. Y últimas entradas disponibles para el domingo 26 de noviembre.