A menos de que hayas estado viviendo en una cueva, de seguro ya te enteraste de que Taylor Swift estrenó Midnights, su nuevo álbum de estudio. Y es que cada estreno de la artista parece un evento histórico de la cultura pop, con las redes sociales entrando en caos con cada anuncio.
En especial con este estreno, que marca su décimo álbum de estudio y su regreso a la música pop en tres años. Sin embargo, Midnights está lejos de intentar ser el mejor disco de Taylor Swift y eso es lo que lo hace más disfrutable.
Taylor Swift regresa al pop con Midnights
Han pasado tres años desde que Taylor Swift estrenó Lover, un disco marcado por el impacto del romance en su vida y una mirada más madura sobre las relaciones. Especialmente, en lo que respecta a reconocer sus propios errores y problemas, algo que poco veíamos en sus primeros discos.
Desde entonces, Taylor se escondió en los bosques para dos discos hermanos que nacieron en el confinamiento: folklore y evermore. Una increíble muestra de composición y experimentación musical, donde su figura pasaba a segundo plano y las historias cobraban protagonismo.
Anti-Hero
Sin embargo, en Midnights, Taylor Swift está fuera del bosque y está lista para volver a ser la protagonista, o más bien, la anti-héroe. Inspirada por los oscuros pensamientos de la medianoche que no nos deja dormir, la artista entrega su material más íntimo en lo que parece ser un resumen de su últimos seis años.
Una vez más del lado de Jack Antonoff (Lana Del Rey, Lorde, The 1975), el dúo regresa a un synthpop que recuerda a Lover y Reputation, pero con mayor madurez. Aunque esta vez, entrega un sonido menos antémico, acompañando relatos en los que no pasa mucho realmente.
Snow on the Beach
Como lo adelanta su título, Taylor Swift musicaliza sus pensamientos de la medianoche, recordando las relaciones que tuvo durante estos años, la cambiante percepción del público sobre su figura y su misma autoimagen.
Y es que Midnights nos recuerda lo mucho que Taylor Swift ama convertir su vida en mitos para una nueva generación. Tener a sus fanáticos analizando cada letra para poder descifrar al objeto de su historia o incluso los eventos que puedan parecer más mundanos.
Karma
Las problemáticas del disco son algunas que ya analizó en Reputation, Lover y la dupla del 2020, algo que ella misma reconoce. Sin embargo, la madurez alcanzada la ayuda a entender el punto de vista del otro y explorar en donde fue que ella se equivocó.
Musicalmente, Midnights es uno de sus materiales más homogéneos y difíciles de juzgar. No es que no haya evolución, es solo que la melodía es menos aventurera para dar paso a los pensamientos que se atreve a decir en voz alta.
Midnight Rain
Sin embargo, existe un pensamiento difícil de sacarse de la cabeza al escuchar la ya sexta colaboración entre Jack Antonoff y Taylor Swift. Y es que el sello del productor se comienza a tornar monótono cuando escuchamos los sonidos que ya utilizó en Lover o aquella esencia de Melodrama que intenta recrear.
Sería golpear a Midnights en los talones el decir que es el mejor disco de Taylor Swift. En especial, después de los trabajos en folklore y evermore, además de la reedición que nos recuerda la maestría de Red. Sin embargo, también queda la sensación de que no existe necesidad de probar que es su mejor material.
Lavender Haze
Midnights se disfruta más cuando no se intenta compararlo a sus demás materiales, sino que apreciarlo por lo que es: Un disco synthpop inofensivo, perfecto para acompañar a la medianoche y que marca un satisfactorio regreso de Taylor al pop, al mismo tiempo que nos deja preguntándonos qué otros sonidos puede explorar a futuro.
