
Después de más de una década, el dúo francés conformado por Gaspard Augé y Xavier de Rosnay, Justice, regresó a Chile para presentar un show que emocionó hasta al mayor enemigo de la música electrónica.
Este lunes, el reencuentro entre los íconos del french house y el público chileno fue una experiencia llena de misticismo, que llenó de euforia y de una energía especial al Movistar Arena.
Con un show que impactó a la audiencia con su gran despliegue visual no apto para epilépticos, Justice hizo de las suyas y causó un estado de éxtasis, que no requería de ninguna sustancia, entre los asistentes al evento.
¡Así estamos viviendo a Justice desde Santiago!
El Movistar Arena en Chile es una locura.
Que noche. 🤩 pic.twitter.com/q3fvQqp1dW— Ed Banger LATAM (@edbangerla) April 8, 2025
Justice 2025: Una experiencia casi religiosa
A penas la pareja de franceses entró al escenario, el lugar se convirtió en algo similar a una iglesia de la música electrónica alternativa, cuya audiencia adoró a las características cruces de la banda.
El show partió con un mix de "Genesis" y "Phantom", dos canciones de su famoso álbum homónimo, que encendieron al público y sirvieron como declaración de principios de lo que se iba a experimentar.
A pesar de que Gaspard y Xavier no interactuaron directamente con el público durante su presentación, generaron un lenguaje propio con la audiencia que, gracias a los beats psicodélicos de sus canciones, no necesitaron palabras para comunicarse.
El público chileno se rindió ante un impecable show
Más adelante en el setlist, el público bailó al ritmo de "We Are Your Friends", un himno de la escena under de los 2000 que deleitó a la audiencia mientras coreaban la canción a todo pulmón.
Las interpolaciones continuaron y quienes se congregaron en el Parque O'Higgins siguieron moviéndose y disfrutando al ritmo de los franceses. Pero, fue cuando comenzó el coro de niños de su hit "D.A.N.C.E" que el Movistar Arena enloqueció y, tal como dice la canción, no hubo nada más fácil que bailar junto a Gaspard y Xavier.

El repertorio no estuvo compuesto solo de sus clásicos, pues gran parte del show se conformó por algunas de las canciones de su más reciente álbum, "Hyperdrama". De hecho, uno de los momentos que género más euforia entre el público fue la interpolación de "Neverender", cantada por Kevin Parker de Tame Impala, y "Canon".
El potente recital finalizó con más mezclas de sus canciones, incluso de algunas que ya habían tocado. Sin decir ninguna palabra, pero con una decidora reverencia a los asistentes y un abrazo entre ellos, Justice se fue del escenario entre luces y potentes beats house.
Justice dio una experiencia inmersiva a quienes pudieron ir al show. Mezclando sonidos, visuales y energía sobre el escenario durante casi 90 minutos, el dúo resignificó el concepto de música en vivo e hizo viajar a la audiencia a través de la música electrónica.