Hay tendencias que tienen que ver con mejorar al planeta y todas las personas que estan dentro de el. Las giras mundiales de artistas de alto calibre suelen ir en contra del medio ambiente. Una tendencia peligrosa que no parece querer detenerse, por lo menos para artistas que no sean Billie Eilish o Coldplay.
La conciencia con el planeta se ha vuelto una costumbre para ciertas figuras, y en los músicos es cada vez más necesario. Es por eso que, además de Eilish, otros grandes nombres han decidido volver sus giras amigables con el medio ambiente.
Las giras que cuidan el medio ambiente
Camiones que consumen mucha gasolina y transportan equipos de una ciudad a otra. Residuos de alimentos que emiten metano, utensilios de plástico, bolsas de plástico para la merchandising, pulseras de plástico que se iluminan, botellas de agua de plástico. Estas son solo algunas de las razones por las que las giras por todo el mundo son todo menos iniciativas sostenibles.
Pero hay una oleada de artistas (en particular Billie Eilish y Coldplay) que están cambiando la forma de organizar los conciertos desde abajo. Estos músicos con mentalidad ecológica están siguiendo los pasos de Dave Matthews Band y Jack Johnson, que lideraron la iniciativa en la década de 2010 con sus iniciativas de sostenibilidad y sus recomendaciones ecológicas.
Eilish se ha asociado con la organización sin fines de lucro Reverb, enfocada en la industria musical, para hacer que su gira Hit Me Hard and Soft sea lo más sustentable posible, como lo hizo con su gira Happier Than Ever.
Esto se traduce en opciones de alimentos a base de plantas, permitir botellas de agua reutilizables, medidas de reciclaje mejoradas, donación comida preparada, artículos de tocador de hotel y equipo de campamento dejado por los fanáticos y más.
Mientras Eilish termina su gira norteamericana, Coldplay se embarca en la siguiente etapa de la propia Music of the Spheres. La banda muestra de forma destacada una pestaña de “Sostenibilidad” en su sitio web que detalla los planes de Coldplay para reducir sus emisiones de carbono en un 50% en comparación con su gira 2016-17.
Lograr ese objetivo implica medidas como vuelos comerciales cuando sea posible, combustibles de aviación sostenibles (SAF), pulseras LED compostables e incluso suelos cinéticos que convierten el baile de los fans en energía.