Cuando una banda o un cantante experimenta con su estilo musical, siempre hay desencuentro entre su fanaticada. Algunos se muestran abiertos a admirar una faceta diferente a la acostumbrada mientras que otros se muestran reacios a escuchar nuevos sonidos provenientes de su artista favorito y simplemente no lo aceptan.
Una banda que vivió este fenómeno durante gran parte de su carrera, fue la emblemática The Clash, quienes en un punto de su trayectoria se desapegaron del sonido punk y dedicaron álbumes completos a experimentar con distintos géneros muy lejanos al rock y el punk.
Con el tiempo, se transformaron en una de las agrupaciones más influyentes del punk precisamente por su experimentación con otros géneros, pero en su momento, Joe Strummer y compañía sufrieron ataques de sus propios fans que no comulgaban con los nuevos sonidos de The Clash.
La violenta batalla entre The Clash y sus fanáticos
El líder Joe Strummer recordó en una entrevista con NME en 1981, recogida por Indie Hoy, cuando en un concierto en Alemania sufrió junto a The Clash un violento ataque de parte de un grupo de fanáticos presentes. “Tuvimos momentos difíciles durante la gira. En Berlín, hay algunos skinheads alemanes y decían: ‘Oh, a mi abuela le gusta The Clash’. Es comprensible que se enfadaran por eso. Pero en Hamburgo estos chicos nos atacaron”, confesó Strummer.
La razón del ataque fue el cambió de dirección musical que la banda estaba acentuando en aquel entonces. “Nos decían: ‘Se vendieron, se vendieron’, luego el mismo Strummer reveló que la situación comenzó a escalar: "Todos estaban en la parte delantera y si podían agarrar un cable de micrófono tiraban y era como un tira y afloja. Después empezó a ponerse muy violento, y en cierto modo fue culpa mía”, mencionó el cabecilla de The Clash.
Sangre y policías
La voz detrás de London Calling reveló que en un momento el nivel de violencia fue tan alto que se vio obligado a golpear a uno de los asistentes con su guitarra. "Estaba tocando y vi a un tipo que usaba al que tenía delante como saco de boxeo, intentando hacerse el duro. Así que le di un golpe en la cabeza con una Telecaster y perdí los estribos", confesó. " La sangre le brotaba a montones delante de la cara. No era un corte muy grande, pero parecía un auténtico horror", declaró Strummer.
Posterior al hecho, el líder de The Clash fue trasladado a una comisaría por la agresión. Respecto a aquello, el músico reflexionó sobre el violento episodio que protagonizó. “Empecé a tener mucho miedo de que la violencia se hubiera apoderado de mí. Así que, desde entonces, decidí que la única forma de luchar contra la agresión del público era tocar una canción realmente aburrida”, concluyó.