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Francisco González: El resplandor de los recuerdos

El ex integrante de Lucybell, que presenta “Fotos”, una canción que gira en torno a imágenes de su pasado familiar y musical.

Fotos
Francisco González

Por Sergio Fortuño

Como todo músico que ha sido parte de una banda exitosa y que luego sigue su propio camino, Francisco González ha vivido las transiciones propias de la autonomía. Pasó de un esquema de trabajo a varias voces a un método en que las ideas y decisiones dependen casi exclusivamente de él. Pasó de tener un rol definido a cargo de un instrumento a ejecutar casi todo lo que graba. Y, como baterista, pasó de esa posición de fondo en el escenario a ocupar el primer plano de los vocalistas.

Desde 2002, cuando todavía formaba parte de Lucybell y arrancó su carrera en solitario con él álbum Ovalo, se ha mantenido activo, con una discografía que incluye álbumes de estudio, un álbum en vivo, Ep’s y singles. El más reciente es “Fotos”, una canción de sonido electropop que gira entorno a los recuerdos que afloran a partir de la contemplación de fotos antiguas en papel. Conversamos sobre este nuevo trabajo con Francisco. Esta transcripción ha sido ligeramente editada para efectos de síntesis y claridad.

“Fotos” es un nuevo single y un nuevo video que tiene que ver básicamente con los recuerdos, con cómo uno se enfrenta desde el presente a imágenes que vienen de las historias que uno ha acumulado a lo largo de la vida. ¿Cuál fue el gatillante para ti?

Me quedé un fin de semana con mi hija y yo no tengo fotos en mi casa y le digo “voy a buscar fotos para que vea a mi familia”, digo a sus abuelos, a mis hermanos, etcétera. Y traje un baúl con fotos análogas de estas Polaroid y de estas de álbumes.

Kodakchrome y todo eso.

Y ahí me encontré con... Ahí pasaron 10.000 cosas que no recordaba. Me apareció Lucybell, el cuarteto. Digo el cuarteto porque son fotos hasta el 97, 98. Después debemos haber pasado a la era de celus digitales... Familia que ya no tengo a mi lado, entonces fue súper nostálgico.

Familia que no tienes a tu lado porque los mayores han ido muriendo, me imagino.

Sí, sí, sí, sí. El fallecimiento de mi vieja, por ejemplo, su abuela en este caso. Y eso me quedó, me provocó un montón de emociones.

Estaba trabajando en esta canción que no tenía letra. Y ahí dije “hay algo que hay que contar”. Y me puse a escribir las letras de la canción. Empecé a escribir frases hasta que la completé. Y me pasa ahora que está el tema estrenado, que la gente se identifica con la letra, porque todos tenemos mamá, papá que hay que recordar, hermanos o gente que ya no está contigo. Amigos, amigas y bueno, y en mi caso apareció Lucybell también.

No soy alguien que esté buscando en el pasado. Al revés, trabajo espiritualmente para estar más anclado en el presente, haciendo yoga o me encanta la filosofía zen. Pero aparecieron en las fotos y aparecieron tantas imágenes que no recordaba o momentos que no recordaba que habían pasado.

Y ahí uno dice “bueno, más allá de los discos, estaban las personas y la amistad que tuvimos en ese periodo”, que no sé si fueron 8 o 10 años. Y entonces fue también importante.

Hay una estrofa donde hablas de tu familia, de esa gente más del entorno íntimo, pero luego también en una estrofa hablas directamente que estaban ahí las fotos de Lucybell. ¿Te parece que hay una cosa con las fotos antiguas, con las fotos impresas que de alguna manera le otorgan otro valor, otra dimensión, otro significado a los recuerdos versus las imágenes digitales que sobreabundan? Como que una foto antigua, cuyo original probablemente está perdido en algún lado y que sea más difícil reproducirla,tenga una especie de impacto mayor emocional.

Sí, sí, sin duda. Pero también creo que las análogas tienen que ver con más tiempo atrás. O sea, las digitales, si estoy bien, deben ser del ‘97, ‘98 por ahí. Hay menos tiempo. Cuando te aparece una foto de los años 70, hay más tiempo involucrado. Entonces ahí, no sé, ahí... Pero las dos cosas son importantes. Y lo otro, cuando uno ve fotos digitales, supongo que uno tiene que recurrir al disco duro o al computador o a los celulares. Y bueno, pero en este caso la canción tiene que ver con lo análogo, con este acto de llevarle las fotos a mi hija.

En el videoclip se usa además el recurso de la inteligencia artificial. ¿Cómo es esa historia?

El director del video, Nicolás Soto, escuchó la canción y me dijo “bueno, me encantó, pero ahora tengo dos ideas. Necesito que me mandes las fotos que tú viste, que te inspiraron en la canción, porque podría trabajar y darle movimiento con inteligencia artificial”. Y eso fue increíble.

Me mandó unos ejercicios con una foto Polaroid que aparece en el video. Y qué loco, porque no hay nada más que la foto y él le logra darle un movimiento. Está bonito, está emotivo, ayuda a la emotividad de la canción. Y eso se trabaja con varias fotos, incluida una de Lucybell.

Tú estabas trabajando ya en este tema cuando surgió esta historia, este capítulo en tu vida de ir a buscar fotos para tu hija. Y ahí surge la letra, pero eso significa que estabas trabajando en música nueva. ¿Qué rutina tienes tú para estar haciendo música nueva? ¿Te impones como una cierta especie de calendario o dejas que la inspiración te pille y ahí te pones a trabajar?

Sí, cuando viene el periodo de “ya hay que sacar disco”, empiezo de a poco a ponerme horario y a trabajar y trabajar. Pero también te admito que este último periodo, digo, post pandemia, lo que he sacado son singles y es una forma diferente de trabajar que cuando uno hace un disco con 12 canciones.

“Fotos” se convirtió en un single porque es una canción pop, porque es electrónica y porque es cantable y es recordable. Y ahí hay un trabajo y entonces es otra forma de trabajar. No sé si me logro explicar.

O sea, te enfocas más en un mensaje específico, en recrear una emoción específica, antes que un ciclo más conceptual o que tenga como un arco narrativo. Un disco apunta a través de distintas partes a una sensación o a una idea o gira en torno a un concepto.

Tal cual. Y ahí soy bien metódico. Me pongo hasta, no sé, usualmente en las tardes y estoy hasta largas horas, hasta que la mujer lo permite (risas). Y ahí estaba trabajando más con sintetizadores que con guitarra, pero igualmente me gusta grabar todo, la batería digital, bajo y pequeñas guitarras y el resto investigo en sintetizadores análogos, sintetizadores más modernos.

Tiempo atrás escuché el disco Óvalo que hice estando en Lucybell el 2002 y no he vuelto a sacar música electrónica así purista. Entonces ahora dije “puedo hacer música electrónica con texto y con voz y es diferente”. No lo había hecho y está bueno. La electrónica al tiro me pone la música como al futuro, al 2024, en adelante. Eso me gusta.

¿Estás tocando todo tú o estás colaborando con otros músicos?

No, no, no. Solo yo. Pero la canción se la entrego a mi ingeniero, Fernando Cubillos, y ahí me voy a su estudio y aparecen nuevas ideas. Ese feedback es maravilloso. Me ayuda a grabar baterías, grabamos baterías juntos o me da propuestas de repetir alguna idea acá o cortar acá y cosas que yo no veo y todo eso le hace muy bien a la canción.

¿Cómo comparas tú las experiencias de haber sido parte de una banda y de una banda como Lucybell, que llegó a tocar en escenarios abiertos, grandes, y el trabajo de hacer música solo, encargándote de todos los aspectos de una canción? ¿Cómo te ubicas tú ahí, como artista y emocionalmente?

Son dos procesos diferentes. Lucybell éramos al principio un cuarteto y trabajábamos las canciones en forma de jam, o sea, todos juntos en la sala. Y de pronto eso que empezaba a aflorar se convertía en “Cuando Respiro en Tu Boca”, de tocar y de tocar. Nunca, creo, tuvimos internamente un líder que dijera “esta es la canción, así es. Y estos son los arreglos”. Al revés. Surgían cosas en el momento y nos metíamos los cuatro. A veces perdíamos, no perdíamos tiempo, pero no llegábamos a nada.

Pero a veces hicimos cosas maravillosas. El disco rojo de Lucybell fue en un estudio que armamos y que estaba cada uno en su esquina y el ejercicio fue el mismo, tocar y tocar y tocar. Y fue un disco difícil porque no salían cosas y no salían cosas y se avecinaba el quiebre de ese cuarteto, ahora lo veo en retrospectiva.

Pero dependíamos de tocar juntos, de hacer el acto del jamming. Y el trío también tenía ese ejercicio. Ya en el último periodo que estuve, en Lumina, propuse tres canciones. Una de esas fue “Ojos del Silencio” y ahí se rompe un poco porque era “Ojos del Silencio” ya escrita, terminada. Y luego me quedé solo.
Llevo 16 años y solamente en este último proceso he trabajado solo, solo y grabado todo. Antes siempre ocupé bandas por disco, músicos por disco.

¿Y en qué lugar te deja cada experiencia? ¿Qué es más cansador?

Más esto. Pero me gusta, lo disfruto. Es como transformarme en un músico múltiple en el sentido de que sé tocar la batería, sé tocar el bajo, puedo escribir letras. El mundo de los sintes es alucinante. Puedo tocar guitarra en términos muy simples y no necesito, al menos en este proceso… quizás la pandemia tuvo que ver con eso.

Un repliegue de reencontrarse y aprender, pero solo.

Claro, no se podía ir al estudio, no podíamos ensayar, no podías ver a tus pares. Entonces lo hago yo porque sé hacerlo y me gusta ese proceso. Pero también es súper cansador. A veces también echo de menos tener dos, tres personas más que te ayuden y que uno se olvide de ese rol y compartir. Al final la banda es… Por lo menos en Lucybell era democrático y el aporte de cada uno era muy importante. Pero bueno, hoy día soy solista y me encanta trabajar de esta forma.

¿”Fotos” es la antesala de un nuevo EP?

Sigo trabajando en un par de tracks nuevos y con la intención de haberlo sacado ahora a fin de año, pero veo que se viene muy encima, entonces puede ser que lo tire para 2025, porque no quiero sacar cualquier cosa.

¿Y planes de salir en vivo a tocar a mostrar este material y las cosas que has hecho antes?

Después, el próximo año, en el verano, enero, febrero. Estoy trabajando con un dúo que me encanta. Estoy haciendo guitarra para algunas canciones. El resto, micrófono y vamos cantando.

Mira la entrevista en YouTube acá


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