La vida puede acabar en un segundo y de manera abrupta. Durante la noche del 20 de agosto de 1989, el empresario José Menéndez y su esposa Kitty fueron asesinados a sangre fría por sus hijos.
¿Fue por reiterados abusos? ¿Querían el dinero de la familia? A 35 años del macabro asesinato el casó volvió a ser el centro de atención por Monsters: The Lyle and Erik Menéndez, serie de Netflix de Ryan Murphy. A continuación te contamos la vida de José Menéndez previo a su asesinato.
Desde Cuba y con una gran fortuna: Así vivía José Menéndez
La serie de los hermanos que asesinaron a sus padres se volvió una de las producciones más vistas en lo que va del mes. La entrega de Netflix dejó a los espectadores con ganas de saber la historia real tras el caso, por eso, recopilamos información sobre la vida del empresario.
José logró abandonar Cuba cuando Fidel Castro tomó el poder. Así se estableció en el gigante norteamericano. A pesar de que no sabía inglés, obtuvo una beca de natación en la Universidad del Sur de Illinois, establecimiento que le permitió conocer a Kitty, quien se convirtió en su esposa y madre de sus hijos.
Cuando residían en New York, el empresario comenzó a tener bastante éxito. De hecho, se convirtió en un influyente ejecutivo de la industria musical. Aquello permitió que su sueldo aumentara a medio millón de dólares al año, lo que hizo que llevara una vida diferente a otros norteamericanos.
La familia Menéndez vivía en una mansión en Beverly Hills, lugar donde se efectuó el asesinato. En un comienzo no se culpó a los jóvenes, pues debido a la brutalidad del crimen, se barajó la teoría de que la mafia estaba involucrada.
Sin embargo, el hecho de que Erik y Lyle comenzaran a gastar de manera sospechosa el dinero de la familia, llevó a culparlos como los asesinos de sus padres.
Dentro de las razones que mencionaron los hermanos para cometer el crimen, se encuentra un supuesto abuso por padre de José Menéndez hacia los chicos. Sin embargo, este quedó desestimado en el segundo juicio que los sentenció a cadena perpetua.