Una noche llena de rock es la que se vivió en el Estadio Santa Laura. El martes 17 de septiembre, como previa a nuestras Fiestas Patrias, Journey se presentó por tercera vez en nuestro país junto a Deep Purple, quienes ya marcan su décima visita.
13 años pasaron desde el último concierto en Chile de Journey, y 12 por parte de Deep Purple. En esta oportunidad, se pusieron de acuerdo para venir juntos a visitar al país con más oyentes del rock, según Spotify.
Aleste
La jornada partió a las 18:00 de la tarde con un llenísimo Santa Laura. El grupo chileno de rock, Aleste, abrió el concierto, interpretando su canción más icónica, Hay un límite que rompe el deseo, que se cantó a coro.
A mitad del show, el vocalista Rodrigo Espinoza, dio un espacio al romance para dedicar una de sus canciones más emotivas, Nadie Como Yo, a su pareja Yuri, quien se encontraba entre el público.
Deep Purple
Los siguió la banda de hard rock Deep Purple, en el mismo lugar donde hace 27 años quedó un caos inmenso al caerse una torre de sonido encima de su público.
Esta vez, la banda se reivindico con un resultado que estaría lejos del terrible suceso pasado. Más bien, fiel a su estilo rockero, un caos harmónico que permitió el goce de toda su gente.
Don Airey, tecladista de la banda, se mostró como el más honrado por visitar nuestro país. En primera, mientras tocaba su solo de guitarra, dedicó un brindis a todo el público con una copa de vino chileno. Y luego, rindió homenaje a nuestra Violeta Parra con un poco de Gracias a la vida.
Finalmente, cerraron con la canción más esperada por los fans de la banda y del mítico 'Guitar Hero', donde cobró fama mundial como el principal reto del juego. La guitarra de Smoke On the Water sonó a todo volumen, acompañado del salto y la euforia del público.
Journey
Y a eso de las 21:00 hrs, subió al escenario la banda más esperada de la noche, Journey. Inmediatamente partieron con Only The Young, con un energético Arnel Pineda que se apoderó del escenario saltando de esquina a esquina.
Lights, Separate Ways y Don't Stop Believen también formarían parte del repertorio, cantado a coro por los asistentes.
La gran sorpresa de la noche fue ver al tecladista y guitarrista, Jonathan Cain, entrando a la escena con una camiseta de Colo Colo. Casualmente (o quizás él sabía y por eso la uso), ese mismo día, el albo disputaría los cuartos de final por la Copa Libertadores, quedando en empate contra el equipo argentino River Plate.
Por su puesto, no podía faltar la balada insigne de Journey, Open Arms. Canción que ya es parte de la cultura general como una de las canciones más emotivas de la música.
Y de esta manera se despidió Journey de nuestro país, en medio de su gira que celebra sus 50 años de historia.