Desde su estreno el 19 de septiembre, Monsters: The Lyle and Erik Menéndez se ha robado la atención de una gran parte de usuarios de la plataforma Netflix. La entrega de Ryan Murphy ha sido bastante criticada por escenas que serían fantasiosas. ¿Qué es real? ¿Qué es mentira? Así es como viven los hermanos Menéndez.
Tras el crudo asesinato de sus padres en 1989, los jóvenes hermanos fueron condenados a cadena perpetua. Eso sí, no fue hasta 1996 cuando se les sentenció de manera definitiva. ¿Qué han hecho durante este tiempo? ¿Tienen familia? ¿Cuáles son sus intereses? Te lo contamos.
Cadena perpetua: Así viven los hermanos Menéndez
El asesinato a tiros de José y Kitty Menéndez lo concretaron sus hijos Lyle (21) y Erik (18) en agosto de 1989. Se les detuvo en marzo de 1990, y desde esa fecha se mantienen en la cárcel.
Dentro de las razones mencionadas por los hermanos para perpetuar el doble homicidio, confesaron que fueron abusados por su padre y la madre era consiente de aquello, por lo que sentían que su vida corría peligro. A pesar de sus alegatos, se le condenó a dos cadenas perpetuas consecutivas sin libertad condicional.
En múltiples ocasiones han intentando salir del recinto carcelario, pero no han tenido éxito. Con 56 y 53 años, han formado su propia vida tras las rejas. Aunque durante varios años permanecieron en recintos diferentes, desde principios de 2018 están en el centro correccional Richard J. Donovan de San Diego. Según fuentes cercanas a los hermanos, estos rompieron en llanto en su reencuentro después de 22 años.
Debido a que a lo largo de los años han tenido buen comportamiento, ambos residen en la 'unidad de programación no designada', espacio en donde tienen mayores libertades como clases de yoga, arte y cursos para manejar la ira o el alcoholismo.
Además, han empleado su tiempo en desarrollar algunas de sus pasiones. Por ejemplo, el menor de los hermanos ha trabajado con reclusos con enfermedades terminales. Además, se interesa por la pintura y la meditación. Por su parte, el mayor ha trabajado en la reforma penitenciaria.
Pese a encontrarse tras las rejas, ambos hermanos encontraron el amor y se casaron. Erik concretó su matrimonio en 1999 con Tammi Menéndez y Lyle se ha casado dos veces: la primera vez con una modelo, y la segunda ocasión en 2003 con Mule Creek.