Arnold Schwarzenegger actualmente es uno de los actores más famosos e icónicos de toda Hollywood. Sin embargo, el inicio de la carrera actoral del austriaco se alejó mucho de todo el glamour que lo rodea a día de hoy.
A lo largo de su paso por las grandes pantallas, Schwarzenegger ha interpretado a una gran variedad de personajes. Pero sin duda el más famoso es el androide T-800 de las películas de Terminator.
Al ser conocido por sus prominentes músculos, quizás más que por sus dotes actorales, su rol en Terminator se adaptó a la perfección a él y su poca expresividad, haciéndolo saltar a la fama mundial. Sin embargo, previo a esto, su etapa de experimentación al inicio de su carrera dejó varias anécdotas dignas de contar.
La desastrosa primera película de Arnold Schwarzenegger
En el año 1970, Arnold Schwarzenegger era un recién llegado a los Estados Unidos. El austriaco arribó a Norteamérica debido a su participación en competencias de fisicoculturismo. Pero con un objetivo en mente, convertirse en un actor.
Con esta misión, Arnold llegó a participar en su primera película, la cuál fue la producción de bajísimo presupuesto "Hércules en Nueva York", en donde interpretaba al mismísimo hijo de Zeus. Esta cinta, además de no brillar para nada en el apartado de la crítica, significó en varias anécdotas únicas en la carrera del actor.
En primer lugar, debido a lo aparentemente complicado del apellido Schwarzenegger, en los créditos y afiches promocionales de la cinta se referían al intérprete como "Arnold Strong" (Arnold Fuerte). "En la película, me llamaban 'Arnold Strong'. Fui realmente ingenuo. En algún momento la volví a ver porque mis hijos la estaban viendo. Fue muy absurdo. En una escena, estoy luchando contra un oso en Central Park, pero es obvio que es un tipo con un abrigo... Tuve que verla porque era muy ridículo" contó el actor en una entrevista con Business Insider.
Además de por el cambio en su nombre, la película pasó a ser considerada de culto debido a un detalle muy singular en torno a Schwarzenegger, el cambio en su voz. Y es que sí, para el corte definitivo del film, motivados por el marcado acento austriaco que tenía el inglés del intérprete que a ratos era difícil de entender, decidieron doblar todos sus diálogos. Lo que por lejos resultó en algunas de las escenas más extrañas para ver.
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