En 1999, se estrenó la icónica película de terror: "The Blair Witch Project".
La cinta cuenta con la participación de tres estudiantes de cine, llamados Heather Donahue, Michael C. Williams y Joshua Leonard, quienes jamás recibieron un guion, sino que improvisaron su actuación completamente.
Estos viajan a los bosques de Maryland, Estados Unidos, a filmar un documental sobre la leyenda local de la Bruja de Blair, por este motivo, la forma de grabación a lo largo de la película se ve como documental y grabada por los mismos personajes.
Así, a lo largo de la película, los jóvenes son atormentados y jamás encontrados.
De hecho, estos "videos" hallados es lo último que se supo de los estudiantes.
¿Cómo fue la producción de "The Blair Witch Project"?
En una entrevista con "The Guardian", el co-director de la película, Daniel Myrick, relató cómo fue el proceso de realizar este largometraje.
"No tenía diálogo, queríamos todo improvisado. Y, de hecho, el plan original eran tres hombres, pero tuvimos que contratar a Heather después de su excelente audición", indicó.
En la audición, solo se le dijo a los actores que sus roles serían desafiantes y que la filmación sería grabada bajo condiciones complejas.
Además, los productores no avisaron qué debían realizar en concreto, puesto que querían comprobar sus habilidades de improvisación.
Así, debían actuar bajo la premisa: "Acaban de pasar diez años de tu sentencia que tiene un total de veinte. Se te presenta la posibilidad de tener libertad condicional, ¿qué tienes que decir al respecto?".
"Cuando le preguntamos por qué debería ser liberada, Heather dijo que probablemente no deberían dejarla salir de la cárcel", comentó el Myrick.
De esta manera, con los tres actores contratados, se inició el proceso de grabación con un presupuesto muy bajo.
Además, se conservó los nombres reales de los intérpretes para que saliese aún más natural la improvisación.
Así, los dos directores, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, lograron grabar toda la película con tan solo 35.000 dólares.
De igual manera, las condiciones para grabar fueron extremas, puesto que a los actores se les entregaba poca comida y les hacían pasar frío a propósito.
Incluso, dentro de los productores, estaba Gregg Hale, quien tenía experiencia en la milicia.
Por este motivo, Hale le dijo al elenco "su seguridad es nuestra máxima preocupación, pero su comodidad no".