Pocas bandas existen en el mundo que sean tan reconocibles cómo lo fue Kiss.
Desde sus inicios quisieron sobresalir a su manera, creando un sello que los caracterizaría de por vida. Es por ello que implementaron el maquillaje y la pirotecnia en vivo, como algo único que se impulsó con ellos mismos.
Hoy por hoy, ya son considerados como unas verdaderas leyendas de la escena musical, lo que les bastó para estar activos por 50 años, acumulando una gran cantidad de fanáticos.
Lo que quizás varios no saben, es que la suerte no estuvo siempre de su lado, sobre todo en los inicios del grupo. No obstante, hubo una jugada maestros por parte de ellos, que los impulsó a la fama máxima. Todo gracias a hacer un álbum de manera muy particular.
La última carta que salvó a Kiss
Corría el año 1975 y el conjunto maquillado ya empezaba a hacer eco en algunas partes de Estados Unidos. Sin embargo, no lo suficiente como para ganar mucho dinero.
Para ese entonces contaban con tres discos de estudio, pero apenas lograban venderlos a una cantidad respetable.
Fue por ello que Casablanca Récords, su disquera, le dijo que sus caminos estaban a punto de separarse, por lo que debían pensar en grande o morir en el intento.
El cuarteto estaba conscientes de que eran buenos en lo suyo, sobre todo en vivo, pero no podían demostrar esa energía desde el estudio.
Fue aquí que en conjunto con la producción de la casa discográfica encabezada por Neil Bogart y el manager de ese entonces, llamado Bill Aucoin, se convencieron de grabar algunos shows de ese entonces y producir un disco en vivo.
Este llevó como nombre "Alive!" y era una verdadera apuesta, ya que no era normal tener ese tipo de discos con tantas canciones.
Finalmente trajeron al mundo un material doble, con 15 canciones que quedaron para la posteridad.
Todo resultó ser simplemente un éxito y catapultó a la cima a Kiss, ya que demostraron de muy buena manera, el potencial que tenían. Luego de esto, tuvieron la dicha de crear más álbumes de mayor o igual recepción, vendiendo millones en todo el mundo. El resto es historia pura.