Llega semana santa y con ello muchas producciones que nos acercan a la historia de Jesús de Nazareth. Ya sea con conciertos tributo como Jesucristo Superstar o en las películas como La Pasión de Cristo, la historia del mesías se hace bien presente en la parrilla cultural de nuestro país.
Hablando del clásico bíblico de Mel Gibson, vale recordar que llevar a la pantalla grande esta producción fue una tarea realmente difícil. No solo por la adaptación de la historia bíblica, si no porque también su personaje principal se enfrentó a muchas dificultades durante el rodaje de la cinta.
Sufrió más que Jesús: Jim Caviezel define rodaje como una experiencia religiosa
Al hablar de Jim Caviezel, muchos automáticamente lo asocian con su importante papel en La Pasión de Cristo. Y es que aceptar el desafío de personificar a Jesús no es una tarea que la hace cualquiera.
Algo que no muchos saben, es que Caviezer al protagonizar este personaje sufrió diversos percances durante la grabación. Partiendo por el hecho de que la película se grabó en pleno invierno en Italia, por lo que en muchas ocasiones sufrió ataques de hipotermia por pasar horas suspendido, ya que Mel Gibson lo colgó de la cruz con el afán de tener una imagen más realista del martirio que sufrió Jesús.
Además, cuando recreó el camino al calvario cargando una cruz de 70 kilos, se dislocó el hombro. A aquello se suma, que al pasar largas horas grabando era necesario un maquillaje especial y al ser este tan resistente, al no poder sacárselo de forma correcta su piel comenzó a cubrirse de ampollas.
Como si lo anterior no fuera suficiente sufrimiento, un día mientras grababan empezó una tormenta y sufrió una descarga eléctrica que quemó parte de su pelo, pero que menos mal no alcanzó a mayores. A último, cuando recreó la escena de los latigazos, uno de los actores no calculó bien y le dio un latigazo real, generándole un desgarro en la piel de 30 centímetros. “Estaba representando a Jesús, pero me sentía enfurecido como un diablo”, admitiría después.