En la década de los 60, la NASA planteó una serie de misiones para explorar todos los planetas del Sistema Solar exterior. Para ello, se enviarían cuatro sondas.
Dos de ellas iban a explorar Júpiter, Saturno y Plutón, mientras que las otras visitarían Júpiter (también), Urano y Neptuno. Fue un proyecto muy costoso: al rededor de unos mil millones de dólares de la época (casi 10 mil millones actualmente).
Debido a ello, en lugar de cuatro sondas, solo usaron dos. Una que fuera enviada a explorar Júpiter y Saturno, mientras que la otra iría a recoger datos a Urano y Neptuno. Así nació el programa Voyager de la NASA, cuyo nombre inicial fue Mariner.
Las sondas, llamadas Voyager 1 y Voyager 2, se lanzaron en 1977, aunque la primera que fue al espacio fue la 2, enviada al espacio el 20 de agosto. Su sonda hermana lo hizo 15 días después: el 5 de septiembre.
Las Voyager tienen impresionantes logros a su haber. La Voyager 1 tiene el récord de ser la construcción humana que más lejos se encuentra en el espacio. Por su parte, su sonda hermana es el único instrumento que logró visitar Urano y Neptuno, sus planetas objetivo.
Voyager 2: La sonda de la NASA que visitó a los "4 gigantes"
La Voyager 2, al igual que la 1, también pasó por Júpiter y Saturno, pero es el único instrumento que pudo visitar los planetas más alejados de nuestro sistema solar. Así, se convirtió en la sonda que pasó por los cuatro planetas gigantes de nuestro Sistema Solar: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Esta sonda comenzó a transmitir imágenes de Júpiter en abril de 1979, casi dos años después de su lanzamiento y tan solo semanas después de la Voyager 1. A diferencia de este instrumento, la 2 realizó viajes más cercanos en sus lunas, registrando fotos de Calisto, Ganímedes, Europa, Io y Amalthea.
Dos años después, la Voyager 2 de la NASA llegaría a Saturno, explorada también por la otra sonda, reuniendo mayor información acerca de los detalles de sus anillos.
La visita a Urano y Neptuno
Las observaciones a larga distancia de Urano comenzaron en noviembre de 1985. A tal distancia, las señales de la Voyager 2 demoraban cerca de dos horas y media en llegar a la Tierra. Su aproximación más cercana a este "gigante de hielo" ocurrió el 24 de enero de 1986.
Durante su paso por este cuerpo celeste, descubrió 10 nuevas lunas, nombradas como un tributo a Shakespeare. Además, se encontró que los vientos en Urano pueden alcanzar los 724 kilómetros por hora, mientras que también se hallaron dos nuevos anillos además de los nueve que ya se conocían desde antes.
Durante su paso por Urano, la NASA obtuvo imágenes de Miranda, Obreron, Ariel, Umbriel y Titania, cinco de sus lunas más grandes.
Después de abandonar a este planeta, la Voyager 2 se dirigió a Neptuno. Así, la sonda completaba un viaje de cerca de 7 mil millones de kilómetros. El viaje valió la pena, ya que este instrumento logró posicionarse a tan solo 4800 kilómetros por sobre las nubes de este otro "gigante de hielo".
Así, la visita a los "gigantes" concluía descubriendo en Neptuno 6 nuevas lunas, 4 nuevos anillos y una actividad planetaria mayor a lo que se creía.
La Voyager 2 en el espacio interestelar
Tras 12 años de viaje, la misión planetaria de esta sonda concluyó y se declaró como parte de la Voyager Interstellar Mission de la NASA, la cual comenzó oficialmente a inicios de 1990.
El 10 de diciembre de 2018, el instrumento se unió a su sonda hermana y entró a lo que se conoce como el espacio interestelar.