La Voyager 1 lleva mucho tiempo navegando en el espacio interestelar. Y con la distancia que ha recorrido desde que se lanzó al espacio en septiembre de 1977, las comunicaciones de ida y vuelta entre la NASA y la sonda toman alrededor de 45 horas. Por tal motivo, si la agencia espacial envía instrucciones al instrumento, pasarán cerca de dos días desde ese momento para enterarse de su respuesta.
Desde diciembre, la NASA ha estado trabajando en resolver un problema que involucra al dispositivo. Y con la cantidad de tiempo que demora la comunicación bidireccional, lo que la institución ha tardado en intentar resolverlo cobra todo el sentido del mundo.
La NASA y el problema de la Voyager 1
El instrumento, en resumen, no está enviando datos a la Tierra. Ello, a causa de que uno de sus computadores, llamado sistema de datos de vuelo (Flight Data System - FDS) no se está comunicando con la unidad de telecomunicaciones (Telemetry Modulation Unit - TMU) de la sonda.
El módulo TMU es el que recoge los datos científicos y de ingeniería, los cuales se envían a nuestro planeta en conjunto con otros datos, como por ejemplo los señalan el estado de salud de la Voyager 1. Todo ello se envía en un único paquete de datos que luego la NASA recibe, procesa e interpreta.
A través de una de sus cuentas en X, la agencia confirmó que "podemos hablar a la nave y puede escucharnos, pero es un proceso lento dada la increíble distancia de la Tierra a la que se encuentra".
A Voyager update: Engineers are still working to resolve a data issue on Voyager 1. We can talk to the spacecraft, and it can hear us, but it's a slow process given the spacecraft's incredible distance from Earth.
We’ll keep you informed on its status. 🤞 pic.twitter.com/qSxG0au1Nn
— NASA JPL (@NASAJPL) February 6, 2024
La sonda en el espacio interestelar
Actualmente, la Voyager 1 se encuentra en el espacio interestelar. Relativo a nuestro Sistema Solar, se define como el punto en que termina la heliosfera (región del espacio que se encuentra bajo la influencia del campo magnético del Sol y de sus vientos solares) y la astrosfera de otras estrellas.
La sonda abandonó la heliosfera el 25 de agosto de 2012, siendo la primera nave en conseguirlo. Desde entonces, ha estado recogiendo información de su entorno interestelar para enviarla de vuelta a la NASA.
El instrumento fue enviado junto con la Voyager 2 para explorar Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Cuando ambas sondas cumplieron con la misión, se les declaró parte de la Misión Interestelar Voyager (Voyager Interstellar Mission). De esta forma, tanto Voyager 1 como su sonda hermana continúan alejándose fuera de los límites de nuestro sistema solar.