El Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago, Estados Unidos, dio a conocer la hora en la que se encuentra el llamado Reloj del fin del Mundo o Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock). Como cada año, se dio la "hora" del inminente juicio final de la humanidad.
Para aclarar desde ya, no se trata de una medición literal, sino que una analogía sobre el contaste riesgo de la destrucción total de la humanidad debido a las mismas acciones de los humanos. Este año, al igual que el anterior, el reloj marcó 90 segundos antes de la medianoche.
¿Qué es el reloj del fin del mundo?
Desde 1974, el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago revela la hora en la que se sitúa el fin de la humanidad. El reloj utiliza la medianoche como el mayor peligro del juicio final y este año señala que nos encontramos a solo 90 segundos de alcanzarlo.
Este se creó en la década de los setenta para explicar, metafóricamente, qué tan cerca estaba la humanidad de la destrucción total. En esa época, hacía referencia a la constante amenaza de una guerra nuclear en plena Guerra Fría. Sin embargo, desde 2007, funciona para advertir de las múltiples catástrofes que amenazan a la humanidad.
Como reportó ADN, este 2024 el reloj del fin del mundo se registra a solo 90 segundos del apocalipsis, igual que en 2023. Hace referencia a "la probabilidad de una catástrofe global causada por las armas nucleares, el cambio climático, los avances en las ciencias biológicas, las tecnologías disruptivas y la corrupción generalizada del ecosistema de información mundial".
"Estas amenazas, singularmente y a medida que interactúan, son de tal carácter y magnitud que ninguna nación o líder puede controlarlas", señalan al explicar por qué el reloj del fin del mundo se ubica a solo 90 segundos de la medianoche.
Cabe señalar que, al ser creado, el reloj del apocalipsis se ubicaba a las 23:53 horas, a siete minutos del final, avanzando constantemente. "Las tendencias continúan apuntando ominosamente hacia una catástrofe global", afirmaron desde el Boletín de Científicos Atómicos.
