Algunos conciertos se caracterizan por ser eventos en los que se va a disfrutar de la música de una manera más animada. Independiente de si es para bailar o corear las canciones de sus artistas favoritos. En ese sentido, la experiencia que ofreció Alma Digital fue distinta.
Definido como "el primer concierto audiovisual con visuales en 360 grados y mezcla de sonido binaural", lo exhibido durante la noche de este 11 de enero cumplió con entregar a los asistentes una vivencia inmersiva.
Desarrollada en el espacio Fixiona en la comuna de Las Condes, la actividad comenzó puntualmente a las 22:00 horas. Los asistentes empezaron a ingresar tras de la realización de algunas pruebas para garantizar que todo funcionara como corresponde.
Al momento de entrar, se les hizo entrega de un par de audífonos, los cuales en un principio solo parecían ser un accesorio, pero después de un rato resultaron necesarios para poder disfrutar la experiencia de la forma en que fue pensada.
Luego de ingresar, a los asistentes se les hizo entrega de un pequeño trago, cortesía de la casa, con el objeto de complementar este concierto.
Alma Digital y los audífonos: de un mero accesorio a ser necesarios para la experiencia
Desde el inicio, las proyecciones de arte generativo ocupaban cada rincón del espacio, incluido el suelo, que albergaba una buena cantidad de asientos. Así, los asistentes podían adoptar una posición cómoda durante las dos horas que duró Alma Digital.
Durante la primera media hora, el sonido ambiental se emitía a través de todo el lugar, por lo que los audífonos entregados al principio parecían servir solo a quienes desearan usarlos para aislarse del entorno y concentrarse en las proyecciones.
Previa exhibición de un corto de producción propia, apareció una invitación para que los usuarios se colocaran el dispositivo. Corrían las últimas animaciones con sonido ambiental hasta que todo quedó en silencio. Todo se oía solo desde los audífonos.
Comenzó la música, tocada por los artistas en el cubículo dispuesto en el centro del espacio de Alma Digital, complementada con bailarines que se movían entre los asistentes. Ello, en medio de distintos mensajes que invitaban a la meditación.
Un gran reflejo de lo que fue la noche fueron las personas ubicadas en sus asientos, dejándose llevar por las animaciones y la música, así como aquellos asombrados por las proyecciones y que, vez en cuando, capturaban todo con su celular.
En genera, Alma Digital fue una experiencia que invitó al público a desconectarse y abstraerse gracias a esta peculiar convergencia de estímulos audiovisuales.