Los insectos como las abejas, moscas, mariposas, polillas, mosquitos, entre otros, son capaces de detectar los aromas de las de flores y feromonas mediante “nubes de olor".
Estos insectos que son polinizadores utilizan estas "nubes de olor" que se forman cuando el viento arrastra moléculas de olor desde su fuente. Según un estudio de la Universidad de Nevada.
“Estudiamos la dinámica del viento en la subcapa de rugosidad superficial. Por tanto la mayoría de las teorías de similitud atmosférica conocidas que describen las propiedades del perfil del viento no son aplicables”, explicó en un comunicado Jaleesa Houle, coautora del estudio, sobre el método de análisis.
Los expertos recogieron datos de vientos cercanos a la superficie de estepas de salvia o pastizales repletos de arbustos. También en bosques y zonas urbanas del norte de Nevada.
"Esto es importante porque los insectos suelen rastrear las nubes de olor a velocidades de viento más bajas. Lo que indica que, de algún modo, dan sentido a la gran variabilidad direccional que encuentran", indica Houle.
"La intensidad de la turbulencia está fuertemente correlacionada con las desviaciones estándar en la dirección del viento, lo que podría ser útil para futuros diseños experimentales en túneles de viento destinados a recrear vientos más 'naturales'". Agrega la especialista.
La importancia de los insectos polinizadores
Los polinizadores son esenciales en nuestro ambiente ya que son los animales que transportan el polen de una flor a otra. Estos insectos ayudan a la reproducción a más del 80% de las plantas con flores del mundo.
Sin embargo, la población de polinizadores, en especial abejas y mariposas, ha disminuido de manera preocupante, debido principalmente a prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas (incluidos los insecticidas neonicotinoides), especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático.
Casi el 35% de los polinizadores invertebrados –en particular las abejas y las mariposas–, y alrededor del 17% de los polinizadores vertebrados –como los murciélagos– están en peligro de extinción a nivel mundial.