No cabe duda de que un negocio muy regular en Chile es el de las botillerías. Tanto las bebidas alcohólicas como libres de alcohol, tienen un gran número de ventas en nuestro país.
Esto hizo que a lo largo del tiempo, cada vez más existan medidas para restringir un poco más su venta, sobretodo a menores de edad, lo cual se da con mucha frecuencia.
Desde mediados de 2021, se implementó la famosa La Ley de Alcoholes (Nº 21.363). Esta exige pedir el carnet de identidad a todos los clientes al momento en que compren bebidas alcohólicas, no sólo a los que a simple vista podrían ser menores de edad.
Esta ley logró generar muchas críticas por parte de consumidores, quienes sienten mucho enojo cuándo se les solicita su identificación aún siendo evidentemente adultos. Ocasionándole problemas a los vendedores, quienes son agredidos por estos clientes debido al injustificado enojo.
Esta situación hizo que muchos se plantearan modificar la medida, para evitar malos ratos. Marcial Pérez, presidente de la Asociación Gremial de Dueños de Botillerías de Chile, se percató de todo esto y busca desesperadamente una pronta y eficiente solución.
¿Qué se podría hacer para mejorar la situación que se vive en muchas botillerías del país?
Anteriormente existía una ley que permitía pedirle a la gente que se sospechara como menor de edad, su carnet, desde entonces siempre ha sido un problema para los vendedores.
"Tomamos un rol de fiscalizadores que no nos pertenece, queremos hacer una campaña en los medios para tomar cartas en el asunto", dice Marcial Pérez.
Antes de que se implementara todo estos, muchos eran los vendedores que sabían que no se venían cosas muy buenas para ellos.
"Desde el comienzo, nosotros conversamos y supimos que iba a ser un problema, siempre propusimos que habría que hacer responsable a la persona que compra", informa el preocupado presidente.
El presidente de este relevante gremio habla de que muchas de estas medidas no funcionan en Chile, puesto que siempre existe un deseo de compararse con países desarrollados. En los cuales existe otra cultura más respetuosa a las nuevas leyes, a diferencia de lo que pasa en Chile.
Aún cuando la propuesta tiene un objetivo favorable, esto no ha resultado muy bien. Puesto que varios clientes han recurrido a duras amenazas que llegan a niveles impresionantes.
"Hemos sufrido incluso amenazas con pistolas y armas blancas por fiscalizar", indica desesperadamente Pérez.
La multa para los dueños de estas botillerías es muy alta si es que no fiscalizan la edad, esta va desde las 10 UTM. Algo que no es rentable para muchos jefes, incluso para los que vienen recién partiendo.
Tras inconvenientes por agresión, los representantes de botillerías se juntaron a conversar para mejorar el tema. Pero luego de 8 meses no se ha hecho nada.
Lo que le molesta al cliente al momento de pedirles la cédula, según el presidente del gremio e botillerías, es básicamente el hecho de sacar de la billetera la identificación.
Lamentablemente, no se ha disminuido el consumo de menores desde que esta medida se implementó hace poco más de un año. Por lo que la ley no ha cumplido su misión.