Hace casi 70 años que se descubrió en la cordillera de Santiago el cuerpo del Niño del cerro El Plomo. El hallazgo sucedió en 1954, cuando un arriero cazador de tesoros encontró al niño congelado a 5.400 metros de altura.
Junto al niño también encontraron estatuillas de oro y plata que fueron vendidas por los cazadores de tesoros. Finalmente fue el Museo Nacional de Historia Natural de Chile la entidad que realizó la comprar del cadáver del niño inca.
El niño del cerro El Plomo, fue un sacrificio humano al dios Sol (Inti). El sacrificio de niños era algo habitual en el imperio Inca y estos se realizaban como ofrenda de agradecimiento o después de desastres naturales.
Según el medio Andes Journal "La historia de niños hijos de jefes provinciales y niñas escogidas para servir al Sapac Inca, hijo del Sol, sacrificados y convertidos en ancestros tutelares, cuyo rol era convertir a sus padres en gobernadores provinciales y llevar un mensaje a sus dioses".
El documental del niño ofrendado al sol
El corto de 10 minutos es una producción del diario andino Andes Journal, que recrea los últimos momentos vividos por el Niño del cerro El Plomo.
El sacrificio de niños por el Imperio Inca ocurría en la celebración de la Ceremonia de la Capacocha o 'deber divino' en español. En este ritual los pueblos del antiguo Tahuantinsuyo, enviaban dos o más niños de entre 8 a 15 años a Cuzco donde eran recibidos por los sacerdotes incas.
Los niños eran celebrados y enviados devuelta a sus pueblos, donde se les vestía con prendas y accesorios ceremoniales. Además, a los niños se les daba chicha para que no pasaran frío y la muerte llegara sin darse cuenta.
Eliana Durán, arqueóloga del MNHN, señala que el pequeño de unos 9 años de edad "fue emborrachado con coca e instalado en su sepulcro de piedra y hielo. Se adormeció lentamente con el frío y sin sufrir dolor alguno ni darse cuenta, falleció".