Mara Wilson es recordada por sus roles como estrella infantil, especialmente en Matilda (1996), y entregó un muy duro diagnóstico sobre la industria del espectáculo de niños.
En una reciente entrevista habló sobre ser sexualizada de niña, y los daños ue provoca la industria en general. “No creo que puedas ser una estrella infantil sin sufrir daños”, dice.
Su primer gran rol en el mundo del espectáculo fue en la película Papá por siempre (1993); la segunda, Milagro en la calle 34 (1994), y la tercera y más conocida fue Matilda (1996).
"Un niño malcriado es aquel que no hace lo que se le dice; los niños actores solo hacen lo que se les dice. Los niños malcriados son egoístas y codiciosos; los niños actores a menudo mantienen a sus familias. Un niño malcriado nunca llegará muy lejos en la industria del entretenimiento” reflexionó en la entrevista.
La sombra de Matilda y la sexualización de la actriz
Mara Wilson habló de la sombra que fue el personaje de Matilda en los años posteriores. "Notaba cómo las personas que me conocían se sentían decepcionadas porque yo no era tan inteligente, divertida o agradable como esperaban que fuera. Creo que esperaban que fuese Matilda, que es maravillosa, pero no es real”, confesó. “Era como vivir con una hermana mayor fabulosa agregó.
Sin embargo lo peor fue externo al mundo del espectáculo. “Fui sexualizada”, admite Mara Wilson, “no por las personas con las que trabajaba, sino por el mundo en general”. Además contó que hombres adultos la contactaban y le mandaban “cartas con contenido inapropiado” dijo a The Guardian.
Además el internet avivó esa conducta: “Cometí el error de buscarme en Google cuando tenía 12 años y vi cosas que no pude olvidar”. Y para ella, los medios también tuvieron un rol en esto, ya que cuando tenía siete años, los periodistas le preguntaban si sabía qué era el beso francés o qué actor encontraba “más sexy”.
Los problemas de los niños actores según Mara Wilson
Mara reconoce que por qué pasan los típicos problemas que tienen los niños estrellas al convertirse en adultos. “Si pones tanta presión sobre alguien, ¿cómo esperas que no fracase? Si le haces saber que estás observando cada uno de sus movimientos, se rebelarán y tratarán de formar su propia identidad”, dice como defensa.
Ella reconoce que tuvo la suerte de que sus padres fueron previsores y metieron todo el dinero que ganó en un fondo para su futuro: “Pero había muchos niños cuyos padres no hacían eso. Imagina tener toda esa presión y todo ese dinero... No me sorprende que muchos de nosotros terminemos bebiendo, drogándonos y de fiesta”.
A pesar de que reconoce que no le fue ajena "autodestrucción”, en su caso se manifestó como odio a sí misma. Se decía constantemente que era “una perdedora, una fracasada y una fea”.
A los 12 años, entrando a la pubertad perdió el interés de Hollywood. Entonces, sufrió episodios depresivos y sufrió de ansiedad. Además se comparaba constantemente con otras actrices que conseguían los papeles que ella no lograba.
Fue en aquel momento cuando su padre le dijo: “Sabes que siempre puedes parar, ¿verdad?”. Y se tomó un descanso. Desde entonces se dedicó a la escritura, y aunque ha hecho papeles menores, ya no es su foco.