No cabe duda de que las series de época deben tener una combinación de buena puesta en escena y trama para que funcionen. Tal como lo es Bridgerton, la serie de Netflix que acaba de estrenar su segunda temporada y que ha tenido un gran éxito alrededor del mundo, pero que en este nuevo ciclo no estuvo exenta de un gran error que ha sido gran material de comentarios en redes sociales.
Jonathan Bailey y Simone Ashley: La nueva pareja de la serie de Netflix
La segunda temporada de Bridgerton estrenó sus ocho capítulos a finales de marzo, convirtiéndose en lo más visto en su primer fin de semana de haber sido puesta al aire.
El nuevo ciclo de esta ficción basada en los libros de Julia Quinn se enfoca en la búsqueda del amor del vizconde, Anthony, siendo un giro totalmente inesperado luego del atrapante romance de Phoebe Dynevor y Regé-Jean Page en la primera temporada.
Ahora fue el turno de Jonathan Bailey y Simone Ashley quienes tuvieron que demostrar una gran química frente a las cámaras. Dejando a los fanáticos encantados.
Sin embargo, otro aspecto del que se dieron cuenta los espectadores fue con respecto a un error histórico que cometió la producción de la serie.
https://www.youtube.com/watch?v=37tbdL5_C_s&t=4s
¿Cuál es el error que cometieron en la segunda temporada de Bridgerton?
En la segunda temporada podemos conocer a Newton, el perro de Kate Sharma, el cual odia a Anthony.
El animal es igual a los que la Reina de la serie posee en su palacio, asociándolo como un perro que es digno de ser miembro de una familia de clase alta.
Pese a lo bonito que puede ser ver a una mascota en las escenas de la segunda temporada de Bridgerton, la verdad es que en la época de la Regencia de Londres, momento en el que está ambientada la serie, es imposible que haya existido un perro corgi. Raza a la que pertenece Newton.
De acuerdo a lo que explicó la experta en perros, Stephanie Howard Smith, en un hilo de Twitter, en aquellos años “probablemente no encontraríamos uno como mascota en el West End de Londres”.
El descubrimiento que hizo Howard se originó ya que le generó curiosidad que “nunca había visto un corgi mencionado en ninguna fuente del siglo XVIII o principios del XIX”.
Por otro lado, la experta aclaró que la propia “autora de los libros, Julia Quinn, reconoce que los corgis no fueron reconocidos oficialmente como raza hasta un siglo después".
Asimismo, añadió lo siguiente. "Bridgerton está ambientada en la década de 1810. No aparecen corgis en los anuncios de perros perdidos de los periódicos de Londres de esa época. No aparecen en los retratos de mascotas”.
Sin embargo, para finalizar, aseguró que “eso no quiere decir que los antepasados de los corgis actuales no vivieran y pastorearan en Gales durante este período”.