Hace tres décadas, hoy no era martes. Era el anhelado sábado. Lo que para nosotros fue un día más de descanso, en Estados Unidos fue el día en que Nirvana se presentó por primera vez en el estudio NBC de Saturday Night Live. Kurt Cobain, Krist Novocelic y Dave Grohl siempre destacaron por sus crudas puestas en escena, y aquel día de 1992 no fue la excepción.
Nirvana en su peak
Un año antes, Nirvana sacó Nevermind, su trabajo insigne no exento de polémicas. Del disco se desprenden grandes joyas de la banda, incluidas Lithium y el himno Smells Like Teen Spirit. Tal fue el éxito que fueron a dar al programa de humor y esparcimiento Saturday Night Live.
El día anterior a la presentación, tuvieron un mini recital en un estudio de MTV donde terminaron destrozando los instrumentos y subiéndose a lugares indebidos.
Esto vaticinaba lo que sería uno de los momentos más icónicos en la televisión angloparlante de los 90's. El mundo seguía siendo bastante conservador, sobre todo los espacios televisivos. Si bien el enfoque del programa era rupturista, SNL se trata de un show que data desde 1975.
Huele a que tendrán que comprar nuevos instrumentos
Se les dio un espacio de dos canciones, por lo que fueron de 0 a 100 instantáneamente. La banda abrió en lo alto con Smells Like Teen Spirit, y cerró con Territorial Pissings. En el último "Gotta find a way! Aah! Aah!" Kurt derriba el micrófono con su guitarra y comienza el espectáculo. Ya no la usa como instrumento, sino como arma. Empieza a apuñalar los parlantes gigantes que lo acompañaron durante las canciones.
Krist intenta seguirle el juego, mientras que desde atrás se divisa a Dave destrozando la batería desde el segundo en que Cobain da por iniciados los destrozos.
Nirvana se convirtió rápidamente en una de las bandas más icónicas cuando se habla de destrozar sus propios instrumentos por la adrenalina del momento. Sin embargo, esto no fue el único momento televisado, ya que al despedirse de la pantalla chica, Krist y Dave decidieron besarse. Pero Kurt también quería ser parte, por lo que el bajista le dio su merecido a él también.
Una forma de rupturismo de Nirvana que usó su espacio en la TV noventera para mostrar que venía una nueva generación acercándose, y que no se iba acercar a los estándares de la televisión norteamericana.