Luego de analizar en profundidad las políticas de tallaje femenino usadas por las principales empresas del país, el Sernac detectó que existe una gran disparidad de medidas para una misma talla y tipo de prenda. Sobre todo en los pantalones de jeans y shorts de tela.
En el caso de los jeans la diferencia alcanza hasta un 24% para la talla “S”, entre el promedio y la talla de mayor y menor tamaño. Además, a través de esta investigación, el Sernac detectó que no existen parámetros únicos lo que causa una serie de problemas a los compradores. Por ejemplo, dificultades al pedir la devolución del dinero o el cambio debido a que el producto no se ajustó a su anatomía por la diferencia en centímetros para una determinada talla.
Pero la necesidad de este estudio no nació de la nada, sino que fue a través de los resultados que levantó la encuesta de “mujer y consumo” desarrollada por Sernac también, en que las mujeres mencionaron como un problema, la existencia de diferentes estándares en las tallas, pues se sienten discriminadas en el comercio y no consideradas por las empresas en sus necesidades. En un año, el SERNAC recibió más de 2 mil reclamos asociados a cambios de vestuario, y al menos 200 de ellos se refieren directamente a problemas con las tallas.
Comercio electrónico
Comprar online se volvió tendencia en pandemia ya que no había más opciones para encontrar ropa. A raíz de esto es que errar en las tallas se volvió más común. La falta de un estándar único dificulta la selección de vestuario, lo que complejiza la decisión de compra sumado a las limitaciones de las medidas sanitarias que impiden probarse las prendas una vez que abrieron las tiendas.
El director nacional del Sernac, Lucas Del Villar, recalcó los resultados de este estudio y destacó la necesidad de que la industria avance en estos temas en una eventual mesa de trabajo. La autoridad explicó que la estandarización de las tallas eventualmente tendría impactos positivos en el comercio, favorece las compras online y ayudaría a disminuir la tasa de cambios por este tema. Además, considera las necesidades particulares de las mujeres.
“Para las consumidoras, el tema de las tallas no es sólo un asunto de consumo, sino que también puede tener impactos en su autoestima, tal como recogen nuestras encuestas. Para ellas será importante saber que una talla S, M, L, XL, es la misma en todos los comercios y responde a las particularidades de nuestro país. También les favorecerá que existan más alternativas”, indicó.