Los medios no habían sido tan generosos con la banda de Shirley Manson hace bastante tiempo. No obstante, el último disco de estudio de Garbage se ha insertado bastante bien entre los trabajos estrenados este año. Por fin una agradable sorpresa para los estadounidenses.
La basura de algunos es el tesoro de otros
Garbage se ha posicionado durante los años como una banda de culto. Quizás no es del gusto de muchos, pero es una agrupación esencial cuando se habla de hits de los 90's. La poderosa Shirley Manson siempre ha estado a la vanguardia musical y cultural, y asaltó la industria en marzo con el single de The Men Who Rule The World. Se trata una crítica social al hombre y a su incapacidad histórica de manejar la crisis constante que significa habitar el planeta tierra.
El lanzamiento de este sencillo hacia vaticinar que venía algo grande en camino. Un par de meses tuvieron que pasar para que en junio saliera finalmente No Gods No Masters, el último álbum de la agrupación.
La banda américo-escocesa no está acostumbrada a las buenas críticas, por lo que usualmente esperan lo peor tras los lanzamientos. Shirley Manson dijo en una entrevista que "siempre estamos un poco sorprendidos cada vez que tenemos una reacción positiva. No es algo que realmente esperemos o que estemos acostumbrados".
No Gods, No Masters, just Garbage
Este año, el disco Beatiful Garbage cumplió 20 años. Manson pensó que su carrera había acabado tras su lanzamiento original en 2001 y su "muerte antes de tiempo". 20 años más tarde, generaciones después de los 90's, Garbage vuelve a tener un gran disco bajo el brazo. Según Metacritic, las calificaciones para el álbum promedian un 8.4. Bastante superior a lo que hicieron en este milenio.
La banda cierra de esta forma el mejor año que han tenido en décadas, y se espera que el próximo sea aún mejor. Ya no están Only Happy When It Rains, porque últimamente las cosas no han estado tan complicated para ellos.