Hace muy poco celebrábamos el desierto florido en Atacama y nos enfurecimos cuando un grupito del Gobierno propuso implantar un sistema de regadío. Y cómo no, si realmente se trata de un lugar único dentro del planeta y que alberga una flora y fauna únicas. Pero ahora la noticia es lamentable: un sector del desierto está convertido en un vertedero de ropa, y toda la información responsabiliza al fast fashion.
Otra crisis ecológica y social
El fotógrafo Martín Bernetti, miembro de la agencia de fotografía AFP Photo, reveló fotografías que dan cuenta de este problema. En ellas podemos ver montañas de ropa acumuladas en medio del desierto, específicamente en Alto Hospicio, una zona reconocida por las duras condiciones sociales en las que viven sus habitantes. Este vertedero es un riesgo para la salud y para la calidad de vida de los habitantes, más aún durante la actual pandemia.
De acuerdo a lo que se informa desde AFP, cada año llegan 59.000 toneladas de ropa al puerto de Iquique, desde donde la ropa se distribuye por el país y fuera de nuestras fronteras. De hehco, Chile es líder en la importancia de ropa de segunda mano. Alex Carreño, ex empleado de la zona franca, reveló que la ropa llega desde todo el mundo y que al menos 39.000 toneladas del total terminan en la basura.
¿Qué es la moda rápida?
Conocida como fast fashion, o desechable, este es un tipo de prendas que se produce de forma masiva y que se reemplaza rápidamente por una nueva colección, varias veces dentro de una misma temporada. Como consecuencia de esto, se generan toneladas de ropa que pasa de moda velozmente, si es que no se daña primero.
Es barata porque se crea con materiales de baja calidad en talleres de países subdesarrollados, como Bangladesh, con condiciones muy precarias para sus trabajadores. Además, estos mismos suelen ser mujeres y niños vulnerados, que reciben un sueldo escaso por largas jornadas de explotación.