Imáginate mandas a preparar una torta temática de tu anime favorito y no puedes ir a buscarla porque la chef fue detenida. Suena descabellado, pero eso le pasó a una pastelera de 34 años en Japón, específicamente en Shibuya, por cocinar pasteles con decoración del anime Kimetsu No Yaiba.
¿Nani?
Las leyes de propiedad intelectual son cosa seria en otros países. En el caso de Japón, la editorial Shūeisha y la compañía Ufotable producen el anime, por lo que tienen registrados los derechos de uso de sus imágenes. Por este motivo, las empresas pudieron denunciar a la policía y demandar a la pastelera, ya que se consideró que ella cometía el delito de piratería.
Ella declaró que lo hizo para aumentar las ventas en su negocio, pero reconoció que estaba cometiendo un acto ilícito. Incluso, declaró a la policía: "Pensé que se vendería más si lo hacía con un personaje de anime popular. Sabía que era un crimen". Su técnica es la misma que usamos localmente: los clientes le enviaban una foto de la ilustración y ella la incluía en la torta.
Grandes ganancias
Y la verdad es que esta estrategia de ventas funcionó. La pastelera, cuya identidad no ha sido revelada, publicitaba sus tortas a través de Instagram, lo que le permitió popularizarse. Lamentablemente este mismo modo de promocionarse le permitió llegar al radar de las empresas.
Según lo que informa la policía, cada una valía 13,000 y 15,000 yenes, lo que equivale entre 115 y 132 dólares. Es decir, en pesos chilenos equivale entre 91.400 y 105.000. Su negocio comenzó entre julio de 2019, por lo que las autoridades estiman que ella obtuvo ganancias de $57,000 en dos años, aproximadamente 45,311,580 pesos.
Tal vez nos parece lejano, pero en nuestro país la piratería se define como: "la reproducción y distribución de copias de obras protegidas por el derecho de autor, así como su transmisión al público o su puesta a disposición en redes de comunicación en línea, sin la autorización de los propietarios legítimos, cuando dicha autorización resulte necesaria legalmente. La piratería afecta a obras de distintos tipos, como la música, la literatura, el cine, los programas informáticos, los videojuegos, los programas y las señales audiovisuales".