¿Te suena la Bahía San Quintín? Hasta hace poco, solamente era conocida por lugareños y por algunos habitantes de Aysén, pero ahora es una zona científica. Los equipos del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), de la región de Aysén, el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) de la región de Coquimbo y la Fundación Aysén Mira el Mar, también de Aysén, registraron ballenas junto a sus crías.
27 avistamientos
Estas tres organizaciones realizaron un trabajo junto a Destino Patagonia, una empresa turística del sector, y pudieron comprobar que existían ejemplares de Ballena Franca Austral (Eubalaena australis) y de Ballena Sei (Balaenoptera borealis). Así, desde el litoral del Valle Exploradores, presenciaron 27 avistamientos, en los que distinguieron a seis adultos y cuatro crías.
Estas identificaciones se lograron gracias al trabajo de Ana Ansón de Fundación Aysén Mira el Mar - Ceaza y Tania Ponce de CIEP. Ellas también registraron los cantos submarinos de las ballenas, que están siendo procesados. Así, Ansón declaró: “es probable que las madres con crías divisadas este año sean ejemplares diferentes a los del año anterior; ahora es importante estudiar los registros fotográficos para poder diferenciar los rasgos de identificación de cada individuo”.
Cambio de paradigma
Hasta 2017 se pensaba que las ballenas ya casi no habitaban en Chile, sin embargo, ese mismo año se registraron avistamientos. Específicamente, al sur del Parque Nacional Laguna San Rafael, en la Bahía San Quintín. Los investigadores de CEAZA corroboran que los ejemplares estuvieron también en 2020, por lo que se trataría de un fenómeno recurrente.
Una particularidad de esta zona es que está libre de habitantes humanos y libre de la pesca, por lo que es tranquila. Cada tres años las ballenas francas buscan refugio en lugares apartados, en los que se dedican a reproducirse y criar a sus bebés. El director ejecutivo de CEAZA Carlos Olavarría, señaló: “hay una importancia en la identificación del sector Golfo de Penas como un área de reproducción y crianza de la Ballena Franca Austral, ya que esta especie ha tenido durante mucho tiempo una población vulnerable, y si bien a la fecha hay pocos ejemplares, es la única área que tenemos en Chile donde podemos predecir la presencia de estas ballenas durante este proceso”.