Las brechas de género y el machismo se manifiestan de diferentes formas. Hoy un estudio realizado por la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF) junto a la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile (FEN) demostró cómo se manifiestan en el deporte. Su estudio reveló la precaria situación en que trabajan las futbolistas dentro de nuestro país, que es radicalmente diferente a la de los futbolistas hombres, sobre todo en lo económico.
Una radiografía desalentadora
El estudio entre la ANJUFF y la FEN se titula “Radiografía del fútbol femenino en Chile”, y está enfocado en identificar cuáles son las condiciones en que se desarrolla. Sus cifras reflejan cuáles son las “barreras sociales, culturales e institucionales que enfrentan las jugadoras durante el desarrollo de sus carreras”.
En cuanto a remuneración, el 83% de las jugadoras no recibe sueldo, a pesar de que les exige asistir a entrenamientos, cumplir horarios, cierto peso y determinado porcentaje de grasa. Del resto, un 8,5% recibe entre 100 y 499 mil pesos de pago; y un 5,8% recibe menos de 100 mil pesos de sueldo. Finalmente, un 1,4% gana entre 500 mil y 1 millón; y el 1% gana sobre el millón.
Balancear la pelota junto a otras ocupaciones
Además de lo económico, las jugadoras también distribuyen su tiempo entre otras responsabilidades, lo que les obstaculiza poder desarrollarse. Por ejemplo, 43,3% juega fútbol y estudia; el 27,9% juega fútbol y trabaja en otra área; el 18,5% juega fútbol, estudia y trabaja en otra ocupación. Solamente el 10% de las jugadoras se dedica exclusivamente a este deporte.
Carla Rojas, la coordinadora de Inclusión y Género Observatorio Gestión de personas de la FEN, explicó que "las jugadoras mencionan que a pesar de que son profesionales o técnicas profesionales, de todas maneras terminan optando por trabajos precarizados o informales para poder tener el espacio para jugar fútbol. Todo eso termina empobreciendo más a las mujeres".
Discriminadas
Sumado a todo esto, la encuesta también indagó en situaciones de discriminación y acoso. Por ejemplo, más del 35% de las encuestadas dijo haber sido víctima de bromas de doble sentido. En otro ámbito, el 57% de ellas dijo haber presenciado situaciones de discriminación por género. Y finalmente, un 10% dijo haber sido testigo de acoso sexual.