Nuevamente tenemos noticias alarmantes sobre nuestro planeta. En el caso específico de nuestro territorio, un estudio realizado por el científico Andrés Muñoz-Sáez determinó que 43,6% de la vegetación nativa está expuesta a un alto riesgo climático. Chile es considerado uno de los 35 puntos críticos de biodiversidad en el mundo, por lo que debe ser protegido. Posee tres ecorregiones y seis biomas de máxima prioridad para la conservación.
¿Qué dice el estudio?
El doctor Andrés Muñoz-Sáez, de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, es un agroecólogo especializado en investigar la conservación de los terrenos agrícolas y cómo les impacta el cambio climático. Este año publicó su paper La exposición climática muestra alto riesgo y pocos refugios climáticos para la vegetación nativa chilena en la revista Science of the Total Environment, donde explica cómo los actuales cambios climáticos podrían eliminar casi la mitad de la vegetación del país.
Este estudio responsabiliza la sobreexplotación de recursos naturales, los cambios de uso de suelos, la contaminación, la invasión de especies exóticas, los incendios, el aumento de las temperaturas y el déficit hídrico. Específicamente, el estudio considera el impacto de estos fenómenos en 24 tipos de vegetación nativa del territorio nacional y 38 otras categorías de coberturas. Estas últimas son, por ejemplo, paisajes productivos de agricultura y plantaciones de bosques.
Cifras y mapas
El doctor Muñoz realizó un mapa de Chile continental y proyectó cómo se vería afectado el territorio en el futuro. En la primera gráfica a la izquierda podemos identificar cuáles son las áreas protegidas en el país, destacadas en rojo. A la derecha podemos ver la proyección. Primero, usó los valores registrados en el periodo entre 1960 y 1990, en los que se mostraban las zonas que estaban en riesgo en esa época. Luego tomó los valores de las emisiones actuales de carbono, que propician el calentamiento global, y reflejó cómo esto afectaría al mismo territorio.
En detalle, las zonas con mayor riesgo son los bosques formados por áboles Nothofagus, como robles, coihues, raulies y hualos, entre otros. Estas especies conforman más del 50% de los bosques nativos en Chile y tienen un riesgo sobre 40% ante el cambio climático. Otras especies en problemas son el alerce (Fitzroya cupressoides), la araucaria (Araucaria araucana), y especímenes esclerófilos. El país podría perder la selva valdiviana, las estepas altiplánicas y los salares.