Lo sentimos mucho, Señor Goxx. El querido hámster que aprendió a invertir en criptomonedas, igual que todos los que lo hacen, tienen una huella ambiental muchísimo más grande de lo que uno podría imaginarse. De acuerdo a un estudio reciente, cada transacción de bitcoin contamina lo mismo que desechar dos iPhones.
Desechos inesperados
Aunque los bitcoins se generan sin usar papel ni impresoras de alta tecnologías, generan un desecho enorme en su ciclo de producción. Para producir las criptomonedas y para hacerlas circular se requiere el uso de grandes y poderosos computadores, que consumen altas cantidades de energía eléctrica. Las complicaciones surgen al preguntarse cómo se genera esa energía, y el impacto que esto tiene en el medioambiente.
Entonces, es cosa de seguir el rastro de contaminación. Generar esa energía implica un problema medioambiental que todos conocemos, y actualmente la minería de criptomonedas consume más electricidad que Filipinas. De acuerdo a Buy Bitcoin, cada día se minan 900 criptomonedas y existe 1 millón de personas trabajando en esa área.
El estudio llamado El creciente problemas de contaminación de Bitcoin determinó que esta industria genera 30.7 kilotones métricos de contaminación, y cada una de las criptomonedas genera 272 gramos. Dado que cada iPhone pesa 135 gramos, la contaminación de un bitcoin pesa lo mismo que dos de estos teléfonos celulares.
¿Cuánto contamina esta industria?
De acuerdo a la Universidad de Cambridge, el gasto de energía eléctrica del bitcoin es levemente mayor al de Kazajastán y Filipinas, y algo menor que el de los Países Bajos y los Emiratos Árabe. A través de esta plataforma es posible comparar de forma clara las cifras del impacto medioambiental que tiene esta industria, aunque solamente desde una perspectiva eléctrica.
Si te preguntas de dónde proviene el bitcoin, se basa en computadoras que resuelven problemas matemáticos complejos. Al lograrlo, se genera la criptomoneda, que puede comercializarse.