La relación que la comunidad queer crea con las divas del pop es una de las conexiones más curiosas de la música. Y es que muchos no entienden de donde viene esta fascinación con algunas de las artistas más populares y su influencia. Sin embargo, la historia de uno de los éxitos de Gloria Gaynor evidencia la importancia de estos íconos para la comunidad LGBTQ+.
El éxito de Gloria Gaynor que se convirtió en un himno LGBTQ+
En las décadas de los setenta y ochenta, la comunidad LGBTQ+ sufrió un duro golpe. Pese a que cada vez se hablaba más en público de las orientaciones sociales, la llegada del VIH/Sida trajo con sigo un nuevo nivel de discriminación, marginalización y demonización.
Incluso fuera de los ataque que recibieron por parte del mundo, muchos tuvieron que ver como sus amigos más cercanos perdían su vida sin recibir la ayuda ni respuestas de nadie. Pero, ¿Qué relación tiene Gloria Gaynor en este oscuro periodo para la comunidad LGBTQ+?.
En 1978, Gloria Gaynor lanzó la canción I Will Survive. Lo que comenzó como un tema descartado, se volvió uno de los temas favoritos de la interprete, quien luchó por mantener la canción en el disco. Y es que Gaynor se conmovió con su potente letra y el mensaje de superación ante la adversidad.
Como solía ocurrir con las divas de su época, el tema de Gloria Gaynor comenzó a sonar en discos gays que bailaban la potente canción. Sin embargo, una vez que el VIH/Sida golpeó, la letra de la canción comenzó a tener mucho más sentido.
Rápidamente, I Will Survive pasó de ser una canción bailable del montón a una declaración de sobrevivencia para toda una comunidad. Un rechazo a la vergüenza que la sociedad esperaba que sintieran y un recuerdo para cuidarse como familias escogidas.
En medio de lo que prometía ser el periodo más oscuro para la comunidad LGBTQ+, la voz de Gloria Gaynor pasó a ser una luz de esperanza. Incluso sin considerar la crisis del VIH/Sida, la letra habló a los grupos marginalizados, quienes encontraron en la música disco un especio para celebrarse a ellos mismos.
Como muchas canciones de este estilo, el tema de Gloria Gaynor no buscó explícitamente ser un himno para la comunidad LGBTQ+. Sin embargo, a más de 40 años de su lanzamiento, continúa siendo una potente muestra de la resistencia disidente.