El conflicto en Afganistán se convirtió en el centro de todas las miradas. Esto, luego de llegar a un punto crítico tras años de conflictos entre el movimiento de los talibanes y el Gobierno del país de medio oriente. Sin embargo, para comprender los orígenes de este, se debe retroceder bastante en la historia debido a los sucesos históricos que lo ha impactado y los complejos desafíos que se enfrentan.
¿Qué está pasando en Afganistán?
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que retiraría las tropas estadounidenses de Afganistán, tras años desde que se militarizó el país. Esto provocó el avance movimiento talibán, que comenzó a topar territorios ocupados por ciudadanos. Por esto, miles han salido del país en búsqueda de refugio y protección, al tiempo que continúa el conflicto para defender territorio.
Esto incluye al mismo Presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, quien abandonó el país buscando evitar un "baño de sangre". Sin embargo, para muchos esto significó el reconocer el poderío talibán sobre los ciudadanos del país. Actualmente, tal como reporta ADN, ya son 267 los territorios que se encuentran en poderío talibán.
Claves para entender el conflicto
La guerra soviética
El estado vulnerable de Afganistán se puede trazar hasta la década de los setenta, en plena Guerra Fría. En 1978, se estableció la República Democrática de Afganistán, con inspiración comunista y directa intervención de la entonces Unión Soviética. Esto generó un directo conflicto con las guerrillas que buscaban defender el Islam. Estas recibieron apoyo económico y militar de Estados Unidos para frenar el comunismo.
La guerra terminó con el triunfo comunista, pero en base a una enorme pérdida humana y desplazamiento del islam. Tras esto, Afganistán quedó empobrecido y dependiente de las fuerzas soviéticas y vulnerable ante cualquier ataque financiado por otros países.
Intervenciones estadounidenses
Estados Unidos comenzó a financiar a estos grupos islámicos con el objetivo de frenar el avance del comunismo en oriente medio. Esto se conoce como la Operación Ciclón, el intento de EE.UU. de frenar a los soviéticos pero al mismo tiempo otorgándole poder al Islam, algo que posteriormente se arrepentirían.
Fue en 1992 cuando se creó el Estado Islámico de Afganistán, un grupo armado y con bastante influencia en el territorio. Su poderío quedó en claro el 11 de septiembre del 2001, tras los atentados contra las Torres Gemelas. Tras este momento, Estados Unidos anunció una nueva invasión a Afganistán, con el objetivo de desarticular el estado talibán y su creciente influencia en el continente.
La intervención estadounidense significó el desplazamiento de los líderes talibanes y la recuperación de territorio en Afganistán. Sin embargo, el grupo islámico continuó teniendo control sobre algunos territorios y presentó resistencia a las fuerzas internacionales. Esto, hasta un reciente acuerdo que significaba la retirada estadounidense del país, a cambio de garantías de seguridad.
Sin embargo, como ya se advertía, este generó una reactivación del conflicto en Afganistán. La retirada de las tropas significó un nuevo avance talibán en desmedro de los ciudadanos afganos. Actualmente, el Gobierno del país anunció un traspaso del poder de forma pacífica, buscando evitar más derramamiento de sangre.