El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II, padre del príncipe Carlos y patriarca de la familia real , murió este viernes en el Castillo de Windsor en Inglaterra.
Felipe tenía 99 años de edad. Su muerte fue anunciada por el Palacio de Buckingham, el cual comentó que falleció en paz.
It is with deep sorrow that Her Majesty The Queen has announced the death of her beloved husband, His Royal Highness The Prince Philip, Duke of Edinburgh.
His Royal Highness passed away peacefully this morning at Windsor Castle. pic.twitter.com/XOIDQqlFPn
— The Royal Family (@RoyalFamily) April 9, 2021
Unos últimos años complejos para el príncipe Felipe
Philip había sido hospitalizado varias veces en los últimos años por diversas dolencias, la más reciente en febrero, según información entregada por la familia real.
En abril de 2018, se sometió a una cirugía de reemplazo de cadera y desde entonces había estado en gran parte ausente de la vida pública, incluso se perdió el bautizo de su bisnieto, el príncipe Louis . Pero asistió a la boda del príncipe Harry y Meghan Markle en Windsor en mayo de ese año.
En febrero de 2021, a la edad de 99 años, ingresó en el Hospital King Edward VII de Londres. El Palacio de Buckingham dijo que la medida fue "una medida de precaución" tomada por consejo del médico de Philip.
Su enfermedad no estaba relacionada con Covid-19. La reina Isabel II y el príncipe Felipe fueron vacunados contra el coronavirus a principios de enero.
Sue muerte se da en el marco de una de las mayores crisis contemporáneas de la corona. Debido a la entrevista televisada de Oprah Winfrey con su nieto, el príncipe Harry, y su esposa , Meghan, el 7 de marzo, cuando la pareja, en el exilio autoimpuesto en California, presentó acusaciones de racismo y crueldad contra los miembros de la familia real.
Felipe trató de guiar a la monarquía del siglo XX a una que siguiera las tradiciones del siglo pasado. Pero a medida que el escándalo eclipsaba a la familia real y a medida que las bodas reales iban seguidas de divorcios sensacionales. Su misión, como él la veía, cambió. Ahora era para ayudar a preservar la propia corona.