Es de conocimiento público que la vida de Diana en el Palacio de Buckingham no fue algo sencillo. Su relación con Carlos y fríos encuentros con la Reina Isabel hicieron que la joven princesa tuviera una lamentable experiencia. Sin embargo, en ese gran castillo encontró a un aliado: El Príncipe Felipe de Edimburgo.
Quizás como los 'forasteros' en el palacio familiar, Diana y Felipe se entendían mejor que ninguna otra persona en la familia real. Así, se desarrolló una cercana relación de complicidad entre ambos. Pero una discusión llevó a que estos lazos se cortaran para siempre.
La relación de Felipe de Edimburgo y Diana
Pese a la compleja relación que Diana tendría con los miembros de la familia real en los siguientes meses, su presentación fue todo un éxito. El carisma de la joven rápidamente los conquistó y se eligió como la candidata perfecta para Carlos.
Sin embargo, dentro de los más encantados por su presencia, se encontraba Felipe de Edimburgo, el padre de Carlos. La historia cuenta que el esposo de la Reina hizo lo posible para que Diana se sintiera a gusto en el palacio, recordando cuando él mismo llegó por primera vez al palacio.
"Cuando Diana se unió a la familia real, fue Felipe quien vino a su ayuda", señala el libro sobre el Duque de Edimburgo, Philip Revealed. Según se señala, él se sentaba junto a ella en las comidas y la ayudaba a entender los modales de su nueva vida.
Sin embargo, la relación de Diana y Charles pronto comenzaría a fracturarse. La diferencia de edad y el amor prohibido de Carlos hacían que su matrimonio no tuviera punto de retorno. Esto no detuvo a Felipe de seguir ayudándola, buscando formas de mejorar su matrimonio.
Tal como señala el libro, Felipe de Edimburgo y Diana comenzaron a tener correspondencia constante, donde este buscaba que Diana redujera su "comportamiento errático". Para muchos, esto fue una muestra de su cariño por la princesa, mientras que otros lo vieron como una forma de proteger la imagen de la corona.
"Nunca nos imaginamos que él te dejaría por ella", se expresa en una de las cartas que él firmaba como 'Papá'. "No puedo imaginar a nadie en su sano juicio dejándote por Camila", añade la carta que obtuvo el libro biográfico.
Sin embargo, su amistad, como mucho en la vida de Diana, también terminó. Pese a que Felipe no apoyaba el engaño de Carlos, tampoco se mostraba feliz por las aventuras de la princesa. Así, le sugirió que "reflexionará" sobre por qué su esposo la cambió por Camila.
Esta 'sugerencia' cambió toda la relación entre Diana y Felipe de Edimburg, pues esta lo tomó como un fuerte insulto. De esta forma, sus correspondencias cesaron y la joven comenzó a odiar al Duque tal como al resto de la familia.