Una niña de 11 años, llamada Emily Rosa, decidió desmentir la técnica de sanación milenaria el ‘Reiki’, la cual se relaciona con ‘toques terapéuticos’. Fue la persona más joven en publicar una investigación en una revista científica, y en ella quiso saber si en verdad los terapeutas pueden sanar con sus manos o no.
El experimento de Emily
La joven estadounidense, publicó esto en Journal Of The American Medical Association. Este experimento consistió en poner frente a ella terapeutas, mientras entre medio de ellos puso una mampara de cartón que no le dejaba ver su cara. Había sólo dos agujeros en la mampara. En ellos, el terapeuta debía meter sus manos.
Emily tenía que poner su mano encima de una de las extremidades del terapeuta sin tocarlo, y este tenía que decir en qué brazo sentía el aura de la joven.
Hizo 28 análisis y los terapeutas acertaron un 47%, muy bajo de las posibilidades. Incluso, una de las terapeutas “estaba asustada”, dijo Emily al medio ABC.
Emily hizo esto con el objetivo de que otros refutaran su experimento.
¿Qué es el Reiki?
Es una práctica oriental que se basa en la idea de que por nuestros cuerpos fluye una “energía o fuerza vital”. Cuando esta se bloquea, aparecen dolencias y enfermedades físicas, mentales, o también emocionales.
Para que la persona pueda sanarse de esto, el que instruye esta disciplina (desempeñándose como emisor o canal) debe eliminar estos bloqueos mediante una transferencia, con sus manos o por otros medios traslada la “energía vital” al receptor o persona con dolencias.
Así, se eliminan las molestias o enfermedades, dándose una autosanación y un “estado de equilibrio”, de acuerdo al sitio Psyciencia.
Es una pseudociencia
Es una pseudociencia, y al no ser una práctica científica, no tiene un cuerpo teórico que lo respalde una investigación, ya que se trata de ‘energía’ que no se puede comprobar y se clasifica como una terapia complementaria o placebo.
El Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral tampoco lo ha demostrado como algo eficaz para nada que sea relacionado con la salud.
Anteriormente, se ha estudiado para ver si sana dolores, ansiedad y depresión, pero los resultados no han dado algún respaldo.A pesar de todo, este no tiene efectos dañinos.
El reiki no reemplaza a un tratamiento médico tradicional
El reiki plantea que el ser humano posee un campo energético (también llamado ‘chakras’), el cual si tiene desequilibrios puede terminar en dolencias. Algunas enfermeras y hospitales lo usan, a pesar de que existe falta de evidencia.
La enfermera Carolina Astorga es terapeuta en medicina complementaria, y dice que la energía del reiki se va canalizando a partir de la creencia de cada persona, y eso se traspasa a un paciente para lograr un equilibro emocional y psicológico.
“Desde el punto de vista científico no está demostrado, por eso se considera una pseudociencia. No se ha podido investigar con ningún tipo de estudio la real efectividad que tiene o cómo se pudiera medir esta energía”, añadió.
Astorga también dice que la evidencia que existe son sólo los testimonios de estos pacientes a las que se les sometió esta terapia y a lo que sienten.
“Muchos de los pacientes afirman sentir un calor intenso cuando vas realizando la terapia. Ahora, al poner las manos sobre las personas se deja un espacio y ese calor es el que va sintiendo el paciente en cada zona del cuerpo, y otros pacientes sienten otra sensaciones como risa o mayor emotividad”, señala la enfermera.
Si bien depende de lo que crea cada persona, esto no reemplaza a un tratamiento médico tradicional.
Experto dice que el reiki "Es inútil"
El Doctor Gabriel Rada, también declaró sobre su efectividad. “El caso del Reiki es particularmente especial ya que su racionalidad es incompatible con cualquier mecanismo científico conocido”, dice el también director del Centro de Evidencia de la Pontificia Universidad Católica y director ejecutivo de la Fundación Epistemonikos.
“Se han realizado múltiples estudios científicos, de los cuales todos han terminado demostrando que el Reiki no tiene ningún efecto, en ninguna circunstancia, para ninguno de los problemas de salud que se ha estudiado”, añade el especialista.
Por otro lado, Miguel Sánchez, dijo al medio El Mundo que “es tan inútil que no tiene ni efectos secundarios". "El mayor riesgo es que los pacientes abandonen la terapia convencional por este tipo de “tratamientos”, agrega el también presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Iconem).