Eran las cuatro de la mañana del 20 de noviembre del 2012. Ya comenzaba a sentir los nervios en el estómago de ver a tu artista favorito en vivo, después de tanto tiempo de espera. Un recuerdo que viene a mi por el cumpleaños de la estrella del pop Lady Gaga.
Junte el dinero para comprar mi entrada durante casi un año desde que Lady Gaga, dio a conocer que haría un nuevo tour con motivo de su último disco Born This Way. El álbum lo compré a apenas salió y lo escuchaba cada vez que llegaba del colegio.
Conociendo a una extraña Lady Gaga
Gaga para mi era la expresión más grande de libertad. Su estilo era algo que nunca había visto antes. La conocí por mera casualidad. Un día del verano del 2009 mientras veía Los 10 + pedidos en MTV, una canción con un ritmo hipnótico y una letra pegajosa aparecía en el número 1.
"Poker Face" de Lady Gaga, era lo que estaba escrito en la barra que mostraba la información de la canción. Una cantante con una peluca gris con flequillo, un traje azul con hombreras y un rayo dibujado bajo uno de sus ojos fue una imagen que se quedó grabada en mi mente desde el primer momento.
Ese instante de mi corta vida, marcaría mi fanatismo por Mother Monster. Los años siguientes cada paso que daba Gaga yo lo seguía sin chistar.
Álbum tras Álbum me aprendía todas sus canciones, veía todos los videos y soñaba con verla en vivo en algún momento. El 5 de agosto del 2012, mientras veía las noticias en la televisión un anuncio me hizo explotar de emoción.
Lady Gaga confirmaba su concierto en Chile. Por fin podría ver a la artista que me había acompañado tanto tiempo. Tenía que hacer lo imposible para poder comprar la entrada. Desde ahí que una alcancía de Batman se convirtió en mi mejor aliada.
Una eterna fila para llegar al castillo
Ahorré dinero por un tiempo, cada peso que me llegaba, cada billete que me daban mis abuelos el fin de semana, llegaban a parar al fondo de dinero ubicado al lado de mi cama. Días antes de que comenzara la preventa de las entradas, conté el dinero. Mi sueño se haría realidad
Espere meses, cada día más ansioso de que llegara el día. Sabía que hacía meses que había gente acampando fuera del Estadio Nacional para poder entrar a un buen lugar. Lujo que yo no me podía dar.
El día del concierto llegué a las cuatro de la mañana para poder hacer fila, que ya era enorme a esa hora. La apertura de puertas para entrar al recinto iba a ser a las 7.30 de la tarde. Me esperaba una larga tarde de espera, pero cada segundo valía la pena
Espere muchas horas mientras la gente caminaba disfrazada por la cola y cantaba canciones de Gaga a todo pulmón. La gente al pasar del tiempo se sentaba en la cuneta para descansar, iban al baño en una casa que se encontraba al frente.
De un momento a otro la gente se comenzó a juntar más y más. Desde el inicio de la fila se empezó a dar la información que las puertas estaban por abrirse.
Empezamos a avanzar por fin después de quince horas de espera. El ritmo comenzaba a acelerarse a los pocos minutos estaba en la reja con mi entrada en mano mientras la mostraba y le mutilaban un trozo.
Corrí como si una jauría de perros me estuviera persiguiendo. Con la mirada buscaba el letrero que dijera cancha, a la distancia lo divise y corrí con mayor ímpetu.
En el momento que cruce esa puerta, me transporte a otro mundo. Un castillo de enormes proporciones se divisaba sobre una inmensa estructura metálica, tapado por una enorme tela transparente. The Born This Way Ball Tour daba inicio.
Un concierto innovador e impresionante
Lady Starlight entraba a escena como la primera telonera mostrando un show performatico. Después The Darknes se tomaría el escenario de la mano del Glam Rock, una perfecta antesala a lo que se vendría.
Ya era de noche, las luces del escenario y las estrellas iluminaban el coliseo de Ñuñoa. La enorme tela caía y los primeros acordes de "Highway Unicorn (Road to Love)" se escuchaban mientras el castillo medieval de tres pisos se partía en dos para dar paso a Lady Gaga sobre un unicornio negro y un sequito de bailarines.
Una cabeza gigante llamada Mother G.O.A.T. aparecía flotando sobre el escenario, ella sería la narradora de esta historia pop obscura y glamorosa.
Gaga repaso sus mayores éxitos y todas las canciones de su último trabajo Born This Way. El escenario se convertía en cada instante para dar paso a pequeños escenarios con diferentes decoraciones.
Los cambios de vestuario fueron parte importante del show, al igual que las estructuras excéntricas y enormes. La simulación de un parto con un vientre y piernas enormes que salían de la mitad del castillo marcó la interpretación de "Born This Way".
Durante todo el espectáculo Mother Monster interactuó con el público, preguntó quien fumaba marihuana y nos incitó a que teníamos que amarnos como fuéramos. Mensajes que crearon un ambiente único.
Convertida en una motocicleta, con una nueva versión de su icónico vestido de carne y sobre plataformas móviles, fueron puntos álgidos de la velada tan esperada por miles de fanáticos chilenos.
"Paparazzi", "Just Dance", "Alejandro", "Judas" y obviamente su mayor éxito "Bad Romance" eran acompañadas de los coros a cargo de los asistentes. Un show enérgico, donde Gaga no paraba de moverse por el escenario en ningún instante, una calidad vocal indudable y una presencia escénica difícil de igualar son aspectos del espectáculo de mi vida que se marcaron en mi cabeza.
La espera valió la pena cada segundo. El concierto fue inolvidable, toda la gente coreaba cada canción y saltaba sin parar, mas de dos horas de concierto que pasaron muy rápido, uno de los mejores shows al que he podido asistir.
