Roberto Sánchez nació el 19 de agosto de 1945 en Buenos Aires, Argentina. Sus padres Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo lo criaron humildemente y con tan solo 15 años incursionó en la música sin saber que se convertiría en un gran referente para la época e historia: Sandro.
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“Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina” fue el primer single que Sandro cantó con Los Caniches, banda que ostentaba vestimentas llamativas para la época y que tenía características influenciadas fuertemente por el Rock And Roll estadounidense. Tiempo después el conjunto pasó a llamarse Sandro y Los de Fuego.
En un comienzo era clara la inspiración que existía ante Elvis Presley, los movimientos que hacía Roberto y los gestos eran muy similares al cantante estadounidense. Sin embargo, la identidad del intérprete se fue haciendo cada vez más única, convirtiéndose así en uno de los artistas más importantes de latinoamérica y el mundo.
A pesar de que a fines de los 60 comenzó a incursionar en las baladas románticas, siempre estuvo presente en el rock nacional argentino: tuvo grandes participaciones con músicos ligados al género, tal como lo hizo en el single “Rompan Todo” junto a Charly Garcia y Pedro Aznar, como también cuando colaboró con León Gieco en la canción “Mi Amigo”.
Sandro ha sido referente para grandes artistas contemporáneos, su legado ha llevado a la existencia de "Tributo a Sandro. Un disco de rock", en el que bandas como Divididos, La Bersuit, Los Fabulosos Cadillacs, entre otros, hicieron nuevas versiones de sus canciones.
Hoy, debido a las múltiples enfermedades con las que tuvo que lidiar en sus últimos años, Sandro no está fisicamente. Sin embargo, a once años de su muerte, sus canciones aún nos acompañan.
