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77 años de Jim Morrison: Celebrando el legado del Lizard King

Este 8 de diciembre, el legandario músico y lider de The Doors, Jim Morrison, cumpliría 77 años, para celebrarlo recordamos su enorme legado

jim morrison

Un 8 de diciembre de 1943, nació uno de los músicos y artistas más importantes de la historia del rock: Jim Morrison. Su nombre se hizo conocido gracias a su trabajo con The Doors, donde se consagró como una importante figura de la rebeldía y emblema del malestar social. En el que hubiera sido su cumpleaños 77, recordamos su impacto y enorme legado. 

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Cuando Jim Morrison era tan solo un niño, vio un evento que marcó su vida. Tenía entre tres a cuatro años cuando, durante un viaje con su familia, fue testigo de un accidente automovilístico. Un camión volcó en el desierto y un grupo de nativos americanos quedaron lastimados de seriedad. Según el músico, este fue el primer momento donde sintió el miedo de la mortalidad. 

Para muchos, el terror podría ser algo paralizante. Pero como los grandes poetas, Morrison indagó en los lugares más oscuros de su mente y alma para expresarlo a través de la música. La expresión de ese miedo lo convirtió en un ícono de la expresión del malestar social, un referente sobre las complejidades de la vida humana en un mundo deteriorado y de los efectos que este tenía en las personas.

Sin embargo, el músico también era un excelente relator de historias. Su familia ha corregido su historia de la niñez en múltiples ocasiones, con su hermana señalando que le gustaba "agrandar las cosas". Y es que esa es precisamente la característica que se refleja, no solo en su música, sino que en sus letras, su voz y sus actuaciones. Tomar lo mundano, simple y hasta triste de la vida y convertirlo en himnos generacionales de rebeldía. 

Una juventud rebelde

Jim Morrison fue el hijo de un importante soldado militar. Vivió gran parte de su niñez y juventud entre bases militares. Quizás su espíritu contrario fue lo que llevó a rebelarse de este estructurada vida y convertirse en un símbolo del movimiento liberador adolescente. En vez de centrarse en la rígida vida militar, se enfocó en la lectura de escritores y artistas nihilista, explorando las distintas formas de ejercer la prosa.

Los movimientos literarios y artísticos más vanguardistas y oscuros, inspiraron su desarrollo artístico. Durante su juventud consumió una multiplicidad de literatura existencialista, así como también el arte surrealista y el simbolismo. Todo esto se vio expresado en su forma de relatar las complejidades que percibía a su alrededor.

The Doors

Durante su vida universitaria, Jim Morrison vivió una vida de bohemia, donde su escritura y música fueron su más grande compañía. Ahí escribió las que se transformarían en las primeras canciones de The Doors, como 'Moonlight Drive' y 'Hello, I Love You'.

The Doors comenzó cuando Morrison junto al también estudiante de cine, Ray Manzarek, se unieron para crear una banda de rock. Inspirados en el libro de Aldous Huxley, 'The Doors of Perception', la banda comenzó como una referencia a desbloquear las puertas de percepción, a través del uso de psicotrópicos. Pronto se uniría el guitarrista Robby Krieger y el baterista John Densmore.

La bando comenzó con su reconocimiento en 1967, tras firmar con Elektra Records. Consiguieron un importante éxito gracias a su tema 'Light My Fire', que llegó a la cima de las listas. Desde sus controvertidas apariciones en televisión, a sus canciones como himnos generacionales, rápidamente se convirtieron en un símbolo de la contracultura.

Una sutil mezcla entre rock, blues y música psicodélica, su música comenzó a liderar el movimiento cultural, social y sexual de las década de los 60 y 70. Con su trabajo, Jim Morrison y The Doors fueron capaces de llevar al mainstream el descontento generacional contra el orden establecido, convirtiéndose en la pesadilla de los padres conservadores y en el ícono de los jóvenes rebeldes.

El costo de los excesos

Sin embargo, la vida de rebeldía y de expresión de sus problemáticas, comenzaron a pasarle la cuenta a Jim Morrison. A finales de los 60, el músico se había convertido en un obsesivo bebedor, cuyos efectos se vieron reflejados en las sesiones de grabación y conciertos.

Su conducta errática fue sin embargo, celebrada por los fanáticos. Nada agregaba más misticismo a la figura de Morrison que su propio decaimiento. Pero este intentó alejarse de esta vida, a pesar de que significaba la glorificación de sus fanáticos como una verdadera estrella de rock.

Sus excesos llegaron a un punto cúlmine en una noche del 3 de julio de 1971, en un apartamento en París. El músico fue encontrado sin vida por su pareja Pamela Courson. Aunque ninguna autopsia se realizó, se especificó que su fallecimiento se debió a complicaciones del corazón. Sin embargo, múltiples fuentes aseguran de que estaba relacionada a una sobredosis de heroína.

El complicado legado de un rockstar

Hoy, Jim Morrison es recordado como uno de los músicos y poetas más importante de su generación. Su trabajo continúa inspirando a generaciones posteriores a no silenciar su malestar y expresar su rebeldía contra un orden que les parece injusto y autoritario. Así mismo, su música es un recuerdo de que es posible ser parte del mainstream y al mismo tiempo reflejar los movimientos sociales y culturales del presente, donde el músico debe usar su plataforma para expresar los tiempos en los que se construye.

Sin embargo, uno de los legados más complejos que deja el trágico deceso de Jim Morrison, es su vida del clásico "rockstar". Una estrella cuyos excesos son normalizados como algo natural de los músicos y artistas de su época. Una glomorización de las complicaciones de su vida y mente y de los efectos que esta tuvo en su deceso.

Pero la vida de Jim Morrison es mucho más relevante que solo reducirla a la tragedia del músico. De encasillarlo como un miembro del "club de los 27" o como un mártir del malestar. A través de sus composiciones intentó reflejar el miedo que lo marcaba, pero sin dejarse paralizar, sino que motivándose a través de este.

Hoy más que nunca, donde la salud mental puede discutirse de forma más amplia, es importante recordar a Jim Morrison no como alguien que dio su vida por la cultura, sino que la perdió por los pesos que cargó y de los excesos que ocultaban su pesar. Su vida, obra y muerte, son un constante recuerdo de no silenciarse ante el dolor y expresarse más allá del miedo que esto signifique.


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