El 14 de noviembre de 1999, se estrenaba en los cines estadounidenses "Fight Club", con una tibia recepción en la crítica y taquilla. Tras una decepcionante semana debut, el filme parecía ser solo uno más de la década. Pero hoy, a 21 años de su lanzamiento, la cinta de David Fincher es considerada una de las más importantes y su legado es innegable.
En un nuevo aniversario de su lanzamiento, hablamos de su historia, impacto inicial y su enorme huella en el cine contemporáneo.
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El riesgo inicial
Cuando se considera la relevancia actual de "Fight Club", es casi imposible pensar que haya iniciado como un fracaso. Actualmente muchos se enorgullecen de decir que la han visto y otros aseguran haberlo hecho, aunque solo la conocen de nombre. Pero la verdad es que su primer año fue tan decepcionante que influyó en cómo Hollywood adaptaba novelas riesgosas.
Y es que la historia de El Club de la Pelea no era un éxito asegurado. La cinta es una adaptación de la novela homónima de 1996 y sigue a un protagonista anónimo que en su desconexión con su vida actual, forma un club de luchas clandestinas, donde múltiples hombres comienzan a participar. La novela rápidamente llamó la atención de los críticos, quienes la alabaron por su novedosa narrativa.
Sin embargo, una adaptación fue rechazada en varias ocasiones. La novela llegó a manos del productor Kevin McCormick, quien en reiterados fracasos intentó vender la historia porque las productoras consideraban que la historia era demasiado arriesgada, la trama confusa, violencia en demasía y personajes poco redimibles para la audiencia. Sin embargo, tras un testeo en cámara con actores impagos, la historia fue vendida.
Un nuevo problema surgió a la hora de buscar un director. La película fue rechazada por tres grandes nombres: Peter Jackson, Bryan Singer y Danny Boyle. Fue el mismo David Fincher el que pidió ser parte de la cinta, luego de fallar en comprar los derechos de la adaptación. Pero Fox y Fincher tenían una complicada relación, principalmente tras conflictos creativos en el set de Alien 3. Sin embargo, decidieron darse una nueva oportunidad esperando que Fight Club se convirtiera en un nuevo éxito.
El primer golpe
Desde un punto de vista lógico, Fight Club tenía todo para ser un hit de taquilla, comenzando con una de las distribuidoras de cine como la 20th Century Fox. Además, un director de renombre como Fincher, que ya había tenido éxitos como Alien 3 y Se7en. Además, tenía a dos de los actores más importantes del momento como protagonista, Brad Pitt y Edward Norton. Sin embargo, su recepción inicial fue todo lo contrario.
Desde su estreno en el Festival de Venecia, la prensa estaba dividida. Los más entusiastas aplaudieron su cinematografía, la dinámica acción, construcción de personajes y guion, asegurando una importante película para el año presente. Pero los más críticos la catalogaron como una apología de la violencia heteronormada, con miradas preocupadas a que las escenas retratadas fueran replicadas. Su representación de la psiquis masculina dividió a las reseñas, quienes no se ponían de acuerdo sobre si era acertada o derechamente irresponsable.
La recepción de la audiencia también fue dividida. En la encuesta de CinemaScore, el público solo le dio una B-, con una audiencia mayoritaria de hombres. De esta forma, se le catalogó como la peor película para una cita romántica, tras la mala recepción inicial del público femenino. En su primer fin de semana, recaudo $11 millones de dólares, 4 millones menos de lo esperado para su estreno. Localmente, solo recaudó $37 millones, lo que se vio como un completo fracaso económico.
Fue tal su impacto que llevó a cambios en la industria. Las tensiones por las bajos números provocaron la salida de la cabeza de 20th Century Fox. Además, los productores comenzaron a alejarse de las adaptaciones de novelas arriesgadas, centrándose en aquellas historias seguras y que les garantizarían un éxito comercial.
Inicio del culto
El éxito posterior de Fight Club es uno de los mayores ejemplos del cine de culto. Películas en un principio ignoradas o destruidas por críticos y audiencias, pero que logran aumentar su popularidad con el tiempo, ganando una fuerte base de seguidores.
Su lanzamiento en formato digital fue todo un éxito. El mismo Fincher participó en el diseño de la versión DVD, que fue tan llamativa que logró captar la atención de la audiencia. Tras ser completamente ignorada en la temporada de premios, la edición digital ganó premios por su diseño, contenido, extras y comentarios.
Pero su gran éxito radicó en la propia audiencia. Casi como un paralelo a la historia, Fight Club comenzó a ser un secreto compartido entre los fanáticos y se revitalizó gracias al correr de la voz entre las personas. Su nueva fama también generó que la prensa la volviera a evaluar, descifrando su mensaje irónico en vez de directo, aplaudiendo las actuaciones, dirección y edición. Se convirtió así en una combinación perfecta de estilo y substancia.
Su complicado legado
En miradas contemporáneas, el legado de Fight Club es un complicado tópico. Lo que comenzó como un secreto entre seguidores del cine de culto, comenzó a ser un fastidioso tema de conversación, con personas nombrando la película en cada conversación que refiera al "buen cine". Esto ha provocado una nueva ola de críticas a la cinta, de parte de quienes cuestionan su posterior éxito y su impacto, no tan solo en el cine, sino que en la cultura.
Como muchos temían, con su popularidad, llegaron las imitaciones. Múltiple clubes de peleas clandestinas comenzaron en Estados Unidos, con hombres jóvenes copiando la violencia retratada en la cinta. Lo ocurrido abrió el debate de las responsabilidades de la ficción con la realidad y qué mundo imita a cual finalmente. La ambigüedad de sus intenciones ha llevado a malas lecturas que interpretan la cinta como una apología al fascismo. "Me encanta esta idea de que puedes tener fascismo sin ofrecer ninguna dirección o solución. ¿No es el punto del fascismo decir 'esta es la forma en que se hacen las cosas'? Pero esta película no podría estar más lejos de ofrecer algún tipo de solución.", señaló Fincher respecto al tema
Sin embargo, Fight Club provoca precisamente el tópico de conversaciones que el cine popular puede llegar a generar. Tal como "Joker", las películas logran poner debates incomodos sobre la mesa, lo que inevitablemente genera diversas lecturas. Sería fácil descartar su popularidad solo por su representación de la violencia, pero el filme logró gracias solo a la audiencia, popular temáticas tan complejas como la masculinidad y sus expresiones.
A 21 años, Fight Club es difícil de discutir. Pero más allá de su influencia positiva o negativa en la cultura, es una prueba de que vale la pena adaptar aquellas ideas arriesgadas. Además, demuestra que no todo fracaso inicial marca la película eternamente y que la audiencia es siempre quien termina por definir el éxito e impacto de un filme.