En octubre de 2017, Selena Gómez se atrevió a contar por primera vez sobre el trasplante de riñón al que debió someterse luego del deterioro en su estado de salud producto del Lupus. En esa oportunidad, la cantante confesó que pensó que moriría y aunque sus riñones estaban fallando cada vez más, no quiso preguntarle ni siquiera a su familia si podían ser donantes.
Fue entonces cuando apareció su amiga Francia Rasia. Quien literalmente le salvó la vida. En ese momento ambas contaron cómo fue el proceso y entre lágrimas, aseguraban que había sido un acto de amistad profundo.
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Sin embargo, la mejor amiga de Selena Gómez contó en sus redes sociales lo difícil que fue el proceso del trasplante para ella y confesó que en un momento estuvo arrepentida.
Tres años después de esa confesión, la cantante y actriz de 28 años compartió en su cuenta de Instagram una fotografía donde revela la cicatriz del trasplante.
Lo hizo en traje de baño y con un potente mensaje: "Cuando me hicieron el trasplante de riñón, recuerdo que al principio fue muy difícil mostrar mi cicatriz. No quería que apareciera en las fotos, así que usé cosas que lo cubrirían. Ahora, más que nunca, me siento confiada en quien soy y por lo que pasé... y estoy orgullosa de eso", escribió.
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