El 22 de mayo de 2017, al final de un concierto de la cantante Ariana Grande, una explosión causó la muerte de 22 personas y dejó a otros 116 heridos, en el estadio Manchester Arena de la ciudad de Manchester.
La explosión fue un ataque suicida terrorista, adjudicado por el Estado Islámico, a cargo de Salman Abedi, un joven de 22 años, quien hizo explotar una mochila a la salida del concierto en el Manchester Arena.
Te puede interesar: «Tengo Miedo Torero» se llena de elogios tras su debut en el Festival de Venecia
Según una reciente investigación policial, dado a conocer hace pocos días en Inglaterra, antes de que Abedi detonara la bomba, un oficial de la Policía de Transporte Británica fue alertado sobre el atacante. De hecho, según el reporte, fueron varias las 'oportunidades perdidas' para identificar a Abedi como una amenaza y tomar medidas para detenerlo, ya que al menos 4 testigos afirmaron haber avisado a los funcionarios que alguien estaba actuando de manera sospechosa.
Uno de esos testigos fue Julie Merchant, quien se acercó a la oficial de BTP Jessica Bullough, unos 32 minutos antes del mortal atentado, para señalar a Salman Abedi.
Paul Greaney, abogado de la investigación, dijo que otro testigo había hablado directamente con la persona sospechosa y le había preguntado "¿Qué tienes en tu mochila?", pero no recibió respuesta.
El Sr. Greaney agregó: '[Testigo] Luego le dije:' No se ve muy bien, sabes, tú con una mochila en un lugar como este. ¿Qué estás haciendo?''. La respuesta que recibió de parte de Abedi fue: 'Estoy esperando a alguien, amigo. ¿Tienes reloj? ¿Que hora es?'
Dicho testigo luego habló con Mohammed Agha, empleado de la firma de seguridad del lugar, quien alertó de la situación a un colega para ver qué hacer. De acuerdo al reporte, dicho colega intentó comunicarse por radio con su control de seguridad, pero no pudo hacerlo. Minutos después, Abedi comenzó a caminar hacia las puertas del arena.
Su declaración continuó: “Me quedé paralizado y no escuché nada en la radio. En ese momento supe que era demasiado tarde".
Abedi, de 22 años, fue denunciado a la policía y al personal de seguridad por actuar de manera sospechosa minutos antes de detonar su bomba, pero no se tomó ninguna medida.
"Toda esta información es de considerable importancia, los expertos consideran, sobre la base de la información actualmente disponible para ellos, que, el 22 de mayo, se perdieron oportunidades para identificar a Salman Abedi como una amenaza y tomar medidas de mitigación", concluyó el abogado de la investigación, Paul Greaney.
Agregó que los expertos concluyeron: "Si se hubiera reportado la presencia de un potencial terrorista suicida, es muy probable que se hubieran tomado acciones mitigadoras que podrían haber reducido el impacto del ataque, pues había tiempo".
De la investigación también se confirmó que Abedi había realizado varios viajes de reconocimiento al Manchestar Arena, siendo el primero de ellos, el 18 de mayo, mismo día que llegó al Reino Unido desde Libia.
Puedes leer más detalles de la investigación aquí.
