Durante la tarde del martes 4 de agosto, los ojos del mundo se centraron en Beirut, la capital del Líbano, después de que un cargamento con nitrato de sodio estallara en un centro de depósito, ocasionando una explosión que abarcó varios kilómetros de distancia, al menos 190 muertos y 6.500 heridos.
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A cinco semanas de dicha explosión, el mismo puerto de la ciudad sufrió un incendio en un almacén de llantas y aceite para motores, de acuerdo a información entregada por el Ejército de dicho país.
De acuerdo a una fuente militar, que pidió no ser identificada y que conversó con agencia Efe, se trata de "dos fuegos, separados uno del otro" y, según los primeros indicios, "no son por causas naturales", apuntó sin dar más detalles.
De acuerdo a información entregada por el secretario general de la Cruz Roja libanesa, George Kettaneh, hasta el momento no se han registrado heridos por el incendio.
La reportera gráfica chilena Ángela Tarraga, residente en Beirut, conversó con Radio ADN sobre el incendio.
La profesional explicó que el siniestro “coincide con la llegada de un grupo de expertos en criminalidad forense y terrorismo para determinar las causas de la explosión que ocurrió en Beirut hace más de un mes” y recolectar información para un eventual juicio.
Tarraga explicó que las llamas generaron miedo y resquemor en la población. Recordó que tras la explosión del 4 de agosto “se rumoreó que habían sido ataques israelíes y que se habían apreciado aviones en la zona del puerto”.
“La población está temerosa de lo que puede ocurrir”, agregó.
Con su cámara, captó imágenes del incendio y del estado de la ciudad tras la explosión del 4 de agosto: