La aparición del SARS-CoV-2, que es el virus que causa la enfermedad Covid-19 y que nos ha llevado a un escenario mundial de pandemia inédita, es un evento muy raro, pero también una consecuencia que se podía advertir por cómo hemos alterado los ecosistemas naturales, dijo esta semana la ONU.
“La ciencia es clara: si seguimos explotando el medioambiente y destruyendo nuestros ecosistemas, podemos esperar un flujo constante de enfermedades que salten de animales a humanos en los próximos años”, dijo la directora de ONU Medioambiente, Inger Andersen.
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El SARS-CoV-2 es “un cisne negro”, un evento muy raro, pero también es una consecuencia que se podía advertir por cómo se estaba produciendo comida, tratando al ganado y alterando los ecosistemas, de acuerdo con el informe “Prevenir la próxima pandemia”, publicado por el Programa de la ONU para el Medioambiente (Pnuma) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Ganado (ILRI).
El Covid-19 es una enfermedad que llegó a los humanos desde fuentes animales (zoonosis), tal como el ébola, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), la gripe aviar o el síndrome respiratorio agudo severo (SARS).
De acuerdo al reporte, entre las tendencias que llevan al desarrollo de una zoonosis están:
-La mayor demanda de proteína animal
-El aumento de la agricultura intensiva e insostenible
-La explotación de la vida silvestre
-La crisis climática.
“Las pandemias son devastadoras para nuestras vidas y nuestras economías, y como hemos visto en lo últimos meses, son los pobres y los más vulnerables los que sufren más. Para prevenir futuros brotes, debemos deliberadamente proteger más nuestros medioambientes naturales“, enfatizó Andersen.
Es por esa razón que se recomiendan 10 pasos prácticos que los gobiernos pueden tomar con el fin de prevenir futuros brotes zoonóticos:
- Invertir en enfoques interdisciplinarios, incluido el enfoque “Una sola salud”.
- Ampliar la investigación científica sobre las zoonosis.
- Mejorar los análisis de costo-beneficio de las intervenciones para que consideren el recuento de costos totales del impacto social de las enfermedades.
- Concientizar sobre las enfermedades zoonóticas.
- Fortalecer las prácticas de monitoreo y regulación asociadas con las enfermedades zoonóticas, incluso dentro del sistema alimentario.
- Incentivar prácticas sostenibles de gestión de suelos y desarrollar alternativas para la seguridad alimentaria y los medios de vida que no dependan de la destrucción de hábitats y biodiversidad.
- Mejorar la bioseguridad al identificar los impulsores clave de las enfermedades emergentes en la cría de animales y fomentar medidas probadas de gestión y control de zoonosis.
- Apoyar la gestión sostenible de paisajes terrestres y marinos para mejorar la coexistencia sostenible de la agricultura y la vida silvestre.
- Fortalecer las capacidades de los trabajadores de la salud vinculados a este tema en todos los países.
- Poner en práctica el enfoque “Una sola salud” en el uso del suelo y la planificación, implementación y monitoreo del desarrollo sostenible, entre otros campos.
Puedes conocer más detalles sobre estas recomendaciones aquí.