A pocos días de que se cumpliera un mes desde que estallaran las protestas y movilizaciones en Chile, se han abierto conversaciones con diferentes perspectivas en relación a cómo enfrentar el escenario social. Se ha hablado de manera incesante de los porqués de esta crisis; de las demandas y qué injusticias dieron voz y fuerza a la ciudadanía para manifestarse en las calles. Pero hoy, luego de que se estableciera un acuerdo histórico para una nueva Constitución, las conversaciones se encausan en un para qué; hacia donde nos está llevando esta coyuntura y cuál es el futuro que nos depara a quienes estamos viviendo en el país.
En una conversación con Rock & Pop, el doctor en sociología de la Universidad de Chile, Manuel Canales, hizo un análisis de la situación actual en donde tocó diversos temas, como la necesidad de cambios en el concepto de sociedad, las características que debiesen tener los nuevos líderes políticos y la nueva Constitución como un punto de partida para un renovado —y necesario— modelo social, entre otros.
Te compartimos la entrevista completa.
"El baile de los que sobran": La raíz de la crisis
¿Cuáles son los puntos principales para poder entender la raíz de la crisis que estamos viviendo en el país?
Según mi perspectiva esto se condensa en dos planos: Al primero podríamos llamarle el plano del contrato. Con esto me refiero a todos los contratos que los individuos debemos ajustar cada vez más en este tipo de sociedad neoliberal. El agobio del que se puede hablar, en este caso, es el sobre exigir al sujeto en el trabajo respecto al rendimiento de lo que hace. Cada vez más esfuerzo, pero el retorno fue menor.
La otra cara que para mí es fundamental es la del trato. Ha aparecido una desilusión, una suerte de frustración existencial de alcance histórico de quienes debieron creer en la promoción y en la movilidad social, por ejemplo, a través de la educación superior, y que al final del camino no terminaron por la puerta de la oportunidad sino que terminaron cantando “El baile de los que sobran”. Para mí el secreto de todo lo que ha ocurrido está en el retorno a esa voz de Jorge González que después de los 90’ se dejó de escuchar porque se escuchó otra voz. Una que hoy ya no se escucha, que es la de “tú puedes, no sobras, todos ustedes podrán”. Pero no fue así y terminamos volviendo a cantar esa canción. Para mí ahí hay algo esencial. Allí hay dolor, frustración. Eso explica mucho.
El problema es que hoy las personas tienen que jugarse como nunca a construir un proyecto de vida. Tienen que ser los individuos los que logren aquello con sus méritos.
Por otra parte está la sociedad organizada como "pastas" que se reparten los puestos de dirección para un conjunto menor de apellidos, recursos económicos, redes barrios, y todo el resto que corresponde más o menos a un 10% de la población. El otro 90% verán los otros puestos y allí no hay movilidad. Yo creo que eso queda a la vista y es lo que se resume en la idea de dignidad. Por eso surge con fuerza lo popular, por eso la idea de lo digno, la idea de la justicia, la idea de “El baile de los que sobran”.
“Es una pena que todavía canten ‘El baile de los que sobran’. Los problemas son los mismos” | Esta noche desde las 20:30 horas no te pierdas la entrevista a Jorge González, donde hablará sobre su recuperación y el estallido social que se vive en Chile https://t.co/qVxvSiA2Qx pic.twitter.com/SWDduLvR0q
— CHV Noticias (@CHVNoticias) November 20, 2019
Crisis de confianza en las instituciones
Según un estudio del Centro de Estudios Públicos (CEP) del 2016, uno de los problemas que tiene Chile son los altos niveles de desconfianza en las instituciones. Entonces, ¿cómo podría el pueblo chileno recuperar la confianza en estas instituciones? O de otra forma, ¿que podrían hacer las instituciones para recuperar esta confianza?
Esto es como el equivalente al tema medioambiental; de esa incapacidad de la técnica de buscar el rendimiento y el lucro que termina por destruir el hábitat, así le pasa a la sociedad también por lo mismo. Esta organización de todo como un mercado (...) esa es la sociedad en la que nos han criado los últimos cuarenta años de manera continua y compacta y eso destruye la idea de sociedad (...) Cuando hay una crisis de fondo esto no aguanta. Entonces es un asunto de que las instituciones se fueron corrompiendo, dejaron de cumplir con su labor como debería y se centraron en la ganancia.
En base a ese análisis, ¿cómo se podría solucionar y afrontar esta situación? ¿Tiene que ver con temas de transparencia?
Por cierto, y de la voluntad de una sociedad que hay que activar de nuevo. Hay que hacer una crítica profunda de la doctrina neoliberal que destruye la sociedad, porque para ellos no existe la sociedad, por eso tenemos lo que tenemos, individuos ajustados al sistema.
El tema no es la desigualdad, es la injusticia, los privilegios. Nadie habla de eso. El tema es la dignidad, no es solo por la desigualdad, es por un tipo de desigualdad que se basa en la injusticia de origen, de eso es lo que tenemos que hablar. Vamos a hacer o no una sociedad moderna, de individuos que obtienen lo que obtienen según sus méritos o vamos a seguir pensando que la clase dirigente o elite -como se autodenomina- va a reservarse los puertos de dirección para siempre.
Nueva Constitución: Un punto de partida
¿Y cuál consideras que sería el primer paso para poder establecer esos cambios?
Yo creo que la idea de la conversación sobre una Nueva Constitución tiene que ver con eso. Aunque es cierto que se dice, y es razonable, que un cambio constitucional no va a mejorar las AFP como tales ni va a mejorar el nivel de vida (...) La idea de una nueva Constitución lo que trae precisamente es devolverle a la sociedad la tarea: Bien sociedad… ¿qué sociedad quieren ser?, ¿cómo pueden construirse? Es un momento de mucha sensatez, de mucha prudencia. Es volver a pensarnos.
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Respecto a esto mismo que tu hablabas de la Constitución, ¿cuál crees tú que es la forma para establecer una nueva carta magna? Porque eso es algo que también está sobre la palestra y que se ha discutido mucho, el cómo.
Creo que en esa discusión, yo lo que esperaría -lo que me gustaría si quieres- es que encontremos ese acuerdo; porque no es un acuerdo solo entre los que están hablando sino que es un acuerdo para escuchar a los que están fuera. Efectivamente necesitamos generar ahora mismo esa densidad de sociedad, que es la única que nos puede proteger contra las tendencias caóticas que siempre habrá. Pero no vamos a ser densos si no aceptamos que somos iguales.
Déjame decirte cómo te lo dirían en Uruguay: En Uruguay todo el mundo sabe que nadie es más que nadie. En Chile, ¿podemos decir eso?
Yo creo que eso es lo que me gustaría que hubiese en la Constitución. Nadie es más que nadie.
Creo que hoy día lo que esperaría también es que los actores políticos que están representando, entiendan que es necesaria la idea una nueva Constitución, la idea de tener una sociedad nueva, porque la que había ya no va.
Una marcha "desordenadamente ordenada"
Teniendo en cuenta que este movimiento espontáneo, autoconvocado por la ciudadanía, ¿cómo podemos contrastar la legitimidad social de este movimiento con la legitimidad política y jurídica que está en crisis en este momento?
Se ha dicho que una de las marchas que hemos tenido ha sido la más grande de la historia y es correcto, pero además, es una marcha sin organizadores; una marcha sin ceremonia, una marcha ordenadamente desordenada (...) Una masa notable, dispersa, se dio cuenta que el único modo de reunirse era asistir. Entonces su representación es, primero que nada, presencial y segundo con una capacidad de organizar un sentimiento político como ningún actor puede mostrar. Si bien es una masa que no tiene proyecto, no tiene vocero, no tiene a quien corromper tampoco, en lo que sí está de acuerdo y es lo que todos estamos escuchando, es que esto tiene que ver con la desigualdad.
Y esto partió por la evasión; esa idea te da una pista. Evadir no fueron $30. Evadir fue la señal. Evadir significa sacarle el quite, restarte. Fue una evasión popular. De salir de donde estábamos enredados. Pero ahora no sabemos dónde enredarnos, que es lo que necesitamos solucionar pronto. Pero eso no es culpa del pueblo, son las clases dirigentes, que nos han guiado así, que ahora tienen que poder encausar esto.
En el contexto de lo que dices, ¿qué tan contagiosos e importantes son los liderazgos? En las manifestaciones en Chile, ¿se puede decir que este líder no tiene rostro?
Yo creo que lo que aparece es precisamente los sin cara. Los multi rostro, los que serían gabinete de nuestros gobiernos si no fuese por lo que digo de las familias y los apellidos. ¿Te imaginas tú el gabinete del gobierno chileno que debiera haber?
"Vienen tareas para políticos con capacidad de liderazgo histórico"
Ahora que tú dices que esta masa se caracteriza por ser los multi rostros, ¿cuáles deberían ser las características de los líderes políticos que debieran tomar las riendas de nuestro país?
Debieran creo yo, poder transmitir la idea de que vienen de allí -del pueblo-. De que nunca más ese concepto de "clase política". Un político, debiese ser un representante, un organizador de sus bases, de su pueblo, de su comuna, de su territorio, como lo hay miles.
Primera condición entonces, no pretender ser parte de una clase política. Somos dirigentes, ¿por qué vamos a estar en una misma clase política?
Segundo, una coherencia entre lo que se dice y cómo vives. Pepe Mujica lo decía siempre. Lo iban a entrevistar a su casa y le decían, “pero qué extraño ver a un presidente viviendo así”. Él vivía en su casa; campesino, constructor, tenía su siembra. Y él decía, “para mí lo extraño es que los otros vivan distinto. ¿Por qué no le va a preguntar a usted por qué viven distintos aquellos por los que usted vota?
En tercer lugar, creo que tienen que tener el ánimo de pensar que hay que construir una sociedad y esa es una tarea de 20, 30 años; que hay que volver a rehacer confianza; que hay que volver a rehacer un deseo de estar juntos. Que hay que volver a rehacer una idea de sociedad unitaria, no segmentada como en la que estamos viviendo.
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En base a este análisis que estás haciendo, ¿qué crees tú que va a pasar entonces con la política y con los partidos políticos?
Yo creo en los partidos políticos, en la organización, en la acción organizada. Para serte franco no me gusta la sola movilización como tal. Me preocupa, porque es un síntoma de que los actores políticos no están haciendo su trabajo o de que no lo están haciendo bien. Ojalá esto libere a los agentes políticos de la cultura que se creó en estos últimos 30 años. De que la sociedad y el pueblo no existía y ellos podían.
Vienen tareas para políticos con capacidad de liderazgo histórico, que sepan pensar y abordar la sociedad tal cual es.
Nueva Constitución: Nadie es más que nadie
¿Conoces a algún caso similar de otros países del cual nosotros podríamos tomar como un ejemplo para poder salir de esta crisis?
No. No hay otra sociedad que tenga tan fuerte como Chile el "apartheid social" por tantos siglos. Y por lo tanto no hay parangón. Somos lamentablemente sujeto de estudio.
Pero lo que sí haría es volver a mirar a Uruguay, a lo que han querido y quieren ser: La idea de una sociedad de ciudadanos iguales. Pero no iguales necesariamente en lo que reciben sino que iguales en dignidad, en posibilidad. Ese principio: Nadie más que nadie.
Por otro lado mirar también otros modos de participación social y política que aquí en Chile nunca habíamos ocupado y que probablemente vamos a empezar a ocupar con mayor regularidad, que son plebiscitos, participación local, etc.
Otra idea que me parece interesante es volver a nuclearse en los territorios, pero no desde arriba hacia abajo como en la descentralización desde las regiones y las comunas, sino que de abajo hacia arriba, sobre todo en los lugares donde hay una densidad de poblamiento importante, pero esas ya son otras conversaciones que probablemente podrían tener lugar en la creación de una nueva Constitución.
La violencia en las calles
En términos de lo que vemos todo el día en la calle y en las noticias, saqueo, incendios, ¿cómo se pueden explicar estos comportamientos colectivos? ¿Cómo se detiene la violencia en las calles?
Todos los que no han querido educación cívica, que no han querido que en las escuelas se discuta de vivir en política, de pensar en el colectivo, son los que podrían explicar cómo pretender regular esas dinámicas psicosociales que solo fuerzas colectivas iguales y más poderosas pueden enfrentar. Solo una sociedad que quiera ser sociedad se la puede con los vándalos. Sino es en sí misma una sociedad vandalizada. Por eso a lo que yo llamo es a juntarnos, no a escondernos. Todos esos que han llamado a las personas a esconderse en sus casas, a poner rejas, a tener una guerra con el otro; todos esos podrían explicar esta violencia, porque esto pasa precisamente porque esta es una sociedad construida bajo el miedo y el interés.
Un llamado a la escucha
Para cerrar, el sociólogo hizo un llamado a entendernos, escucharnos y a "tener confianza, que Chile ha pasado por unas muy grandes y de esta vamos a salir para adelante, es decir, volviendo a las preguntas de atrás, como corresponde".
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