Complicadas horas se viven en Bolivia luego de las elecciones del domingo pasado. Evo Morales, quien gobierna desde el 2006 y busca su cuarto mandato hasta 2025, estaría modificando las votaciones para permanecer en el poder, según la oposición. Es por eso que la Organización de Estados Americanos (OEA) aceptó hacerse cargo del conteo de votos tras una petición del canciller boliviano.
En Bolivia se necesita una diferencia de 10 puntos porcentuales para ganar en primera vuelta. Sin embargo, durante el conteo de votos, cuando se llevaba un registro del 84% de los votos y Morales ganaba con 45,28% contra 36,74% de Carlos Mesa, el proceso se interrumpió y dejó de informarse. Con este resultado, Morales tendría que ir a segunda vuelta, y podría perder la banda presidencial si es que la oposición dividida logra unirse.
Te puede interesar: Mon Laferte y hermanos Durán se manifiestan afuera de la Embajada de Chile en México
24 horas después, se retomó el conteo, esta vez con el 95% de los votos contados, dándole a Evo Morales el 46,86% y a Mesa el 36,74%. Así lograba los 10 puntos de diferencia y evitaba la segunda vuelta.
La situación generó un descontento total en la oposición, que llamó a protestas y paros en la región contra el supuesto fraude. Morales acusó a la oposición de derecha de incitar a la violencia y agregó: "He convocado a esta conferencia para denunciar ante el pueblo boliviano y el mundo entero, que está en proceso un golpe de Estado. Se preparó la derecha, con apoyo internacional, para un golpe de Estado".
Te puede interesar: El Balance del Metro y cuánto demorará en recuperar la normalidad