Doloroso y completamente irremediable puede ser el malestar que produce el exceso de alcohol. La resaca, o en su chilenismo primero “caña”, puede traer consecuencias que van desde amnesia ligera y alteraciones gástricas, como vómitos y diárrea, hasta extremos dolores de cabeza por deshidratación y lo que los doctores denominan “embobamiento nervioso”, que es cuando la persona simplemente habla incoherencias producto del nivel de alcohol presente en su organismo.
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Un remedio para apalear con esos síntomas, además de los clásicos vasos de agua y las bebidas isotónicas, es la kombucha, un té fermentada de ligero sabor ácido que se obtiene en base de azúcar, levadura y un hongo manchuriano o chino.
Por sus propiedades, la kombucha no solo aborda las dificultades inmediatas de una resaca, como los malestares que arriba describimos, sino que también ofrece algunos beneficios a largo plazo y que van más allá de curar una simple caña.
Entre las propiedades positivas de la kombucha se encuentra que esta es rica en probióticos, por lo que ayuda a la desintoxicación el sistema digestivo, regulando el tránsito intestinal, evitando la hinchazón abdominal y favoreciendo la digestión. Todo esto también ayuda emulsificar las grasas, a perder peso y a eliminar líquido innecesario.
Además de lo que ya te mencionamos, este remedio natural también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a aminorar la oxidación del sistema celular dado su alto poder de antioxidantes. No por nada en China se le conoce milenariamente como el "té de la inmortalidad".
La kombucha la puedes encontrar en el supermercado, pero también puedes hacerla en tu casa. Aquí encuentras un artículo con el paso a paso para hacerlo.
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