En la madrugada del 3 de julio de 1969, Brian Jones apareció ahogado en la piscina de su casa en Sussex. Con tan solo 27 años, se sumaba a la lista de artistas que no lograron superar esa edad (Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, y mucho más acá en el tiempo, Kurt Cobain y Amy Winehouse).
El veredicto de la muerte fue “accidental” pero hasta el día de hoy la verdadera causa de su fallecimiento es un misterio.
Tan solo unas semanas antes de su muerte, había sido expulsado de la banda debido a diferencias musicales, pero fueron sus mismos ex compañeros de banda quienes pusieron en duda las razones del fallecimiento.
Hipótesis sobre Brian Jones y su muerte
“Su muerte siempre fue sospechosa”, reconoció Keith Richards tiempo después de conocerse la noticia. "Todos sabían que era un buen nadador y era absurdo que se podría ahogar en una pileta, al menos que alguien lo hubiera provocado", agregó el guitarrista.
Los rumores de que habría sido circunstancial surgieron de inmediato. La policía reabrió la investigación seis semanas después de que el forense entregara un informe preliminar de muerte accidental por causa de combinación de alcohol y drogas.
El autor del libro “La Patria Stone”, Diego Perri, detalló varias de las hipótesis que circularon en torno a la trágica muerte.
"Su muerte sigue siendo un absoluto misterio. Pudo haber sido accidental, que se haya ahogado por su problema de asma o pudo haber sido asesinado por Frank Thorogood, un obrero que se encontraba trabajando en la residencia. Hay hipótesis menos creíbles que indican que lo mandaron a matar por encargo de narcotraficantes por tener deudas o por cierta mafia musical ya que una vez fuera de los Stones podía iniciar proyectos que implicarían romper altos contratos", indicó el autor.
Según el autor, la teoría más fuerte indica que lo habría ahogado Thorogood y que el mismo Frank se lo llegó a confesar en 1993, en sus últimos días de vida a Tom Keyloc, asistente y chofer de los Stones.
También hay otra hipótesis, más macabra, que dice que fue mandado a matar por los propios Rolling Stones, ya que no quería firmar un contrato para desprenderse del nombre de la banda.
Si bien su muerte se terminó por cerrar en un accidente, nunca hubo una respuesta definitiva para sus familiares y los fanáticos de la agrupación.
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