A propósito de los atentados en el domingo de Resurrección en Sri Lanka, el Estado Islámico se adjudicó este ataque, el que afectó a iglesias y hoteles de lujo. En la jornada de terrorismo, según el vocero de la policía local, resultaron al menos 310 personas muertas y más de 500 heridos.
La agencia Amaq, afín a los yihadistas, fueron los encargados de entregar el comunicado: "Los ejecutores del ataque que tuvo como objetivo los ciudadanos de los países de la coalición y cristianos antes de ayer, con combatientes del Estado Islámico". Además, la agencia de propaganda del grupo extremista hace alusión a una colación internacional entre Estados Unidos y otros 75 países.
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Entre los fallecidos, se encontraron 31 extranjeros y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia confirmó la muerte de 45 niños que también perdieron la vida a causa de este ataque.
Por su parte, el gobierno de Sri Lanka tenía a otro grupo como sospechoso de este acto, el National Thowheeth Jamath, aunque tampoco descartan vínculos extranjeros.
Esta situación fue condenada por los países árabes y las instituciones de referencia del islam suní Al Azhar. Los definieron como actos despreciables y brutales.
De todas formas, la autenticidad de la información difundida a través de Telegram, aún no ha sido verificada.