El condado de Rockland, en el estado de Nueva York, declaró una emergencia por una epidemia de sarampión: las autoridades prohibieron el acceso a lugares públicos, incluidos medios de transporte, a los menores que no estén vacunados.
La prohibición, efectiva por 30 días, es la medida más radical anunciada en Estados Unidos desde la reaparición del sarampión, presuntamente por los movimientos de resistencia a las vacunas.
“Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para acabar con esta epidemia y proteger la salud de quienes no pueden ser inoculados por razones médicas o los niños que son demasiado pequeños para ser vacunados”, dijo Ed Day, jefe del condado de Rockland, que cuenta con unos 300 mil habitantes.
Day criticó “la creciente resistencia” de ciertos habitantes ante la visita de responsables de la salud que vacunan a la población. “Les cierran la puerta en las narices y les dicen que no vuelvan más”, lamentó y describió esa actitud como “inaceptable e irresponsable”.
Con un total de 153 casos confirmados, la epidemia de sarampión afecta al condado desde octubre, tras el arribo de siete viajeros infectados. Este episodio es el más prolongado desde la erradicación oficial de la enfermedad en 2000, dijo Day.
Numerosas vacunas son teóricamente obligatorias en Estados Unidos para asistir a la escuela, pero 47 de los 50 estados, entre ellos Nueva York, tienen dispensas, en particular por motivos religiosos.
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